La tasa de interés de fondos federales de la Reserva Federal de Estados Unidos, conocida como la tasa del Fed, tiene una tremenda importancia en la economía global pese a ser una tasa de interés de un país.
En el mercado financiero internacional, la tasa de referencia es la Tasa London Interbank Offer Rate (LIBOR), que es el tipo de interés interbancario medio al que una selección de bancos se otorgan préstamos entre sí a corto plazo y se utiliza como interés básico por parte de las instituciones financieras.
En teoría se decía que era un mercado de competencia perfecta, pero la manipulación de la tasa LIBOR por un grupo de bancos demostró que la realidad está lejos de las utopías liberales.
En la práctica, la política monetaria y el comportamiento de la tasa de interés del Fed y del Banco Central Europeo (BCE) influyen en los mercados monetarios y financieros y en las políticas de los bancos centrales, especialmente de América Latina.
Como señala el Banco de Pagos Internacionales (BIS, por sus siglas en inglés), la configuración de la política monetaria de las monedas clave, como el dólar y el euro, influye directamente en las condiciones financieras en virtud de sus efectos sobre las tasas de interés y la valoración de activos o pasivos en poder de no residentes. Así, el elevado volumen de crédito en dólares y euros es el canal de la transmisión directa de las políticas de la Reserva Federal y del BCE a los demás países.
En los hechos, la mayoría de los bancos centrales determinan sus tasas de interés oficiales con un ojo puesto en la de la Reserva Federal o del Banco Central Europeo, puesto que han mantenido las tasas de interés por debajo de los niveles que indicarían las referencias nacionales, como respuesta a las bajas tasas de interés de las monedas principales.
Antes, la regla básica que aplicaban los bancos centrales sobre la tasa de interés, conocida como la famosa Regla de Taylor, seguía el comportamiento del producto (brecha del producto) y de la inflación (su desviación respecto a su meta). Sin embargo, a principios del 2000 las tasas de interés oficiales se fueron apartando de la regla y mucho más después de la crisis financiera siguiendo, lo que se denominan, políticas acomodaticias o expansivas aplicadas por el Fed a partir de 2008 y después por el BCE.
En el gráfico se observa claramente el comportamiento de la tasa de fondos federales de Estados Unidos. Como resultado de la crisis financiera y la contracción de su economía, el Fed empezó a bajar su tasa el 28 de septiembre de 2007 de 5,25% en forma gradual en 50 puntos básicos (0,50%), después recortó 125 puntos básicos a fines de enero de 2008 para llegar a una tasa de 3%. Luego siguió bajando hasta alcanzar, a fines de 2008, la tasa de 0,25%, que se mantuvo hasta la sesión del miércoles 16 de diciembre de 2015.
Es decir, el Fed llevaba siete años sin mover una tasa de referencia mundial, en un país con una tasa de inflación anualizada menor del 0,5%, aunque la inflación sin alimentos y energía (inflación subyacente) es del 2%, y con un crecimiento del PIB de 2,1% al tercer trimestre.
En la reciente reunión del Comité Federal para las Operaciones de Mercado Abierto (FOMC, por sus siglas en inglés) se decidió incrementar el rango meta para la tasa de fondos federales a 0,25% a 0,50%.
El BIS planteó que sólo los anuncios de aumento implicaron a las economías de mercado emergentes (EME) el debilitamiento de sus monedas, mayores rendimientos de la deuda y posibles salidas de capitales.
Si bien se dice que el mercado ya descontó el aumento, para el BIS "las condiciones menos favorables en los mercados financieros, combinadas con peores perspectivas macroeconómicas y la creciente sensibilidad a las tasas de interés estadounidenses, elevan el riesgo de propagación de efectos adversos hacia las EME una vez comience dicho endurecimiento. Además, unas condiciones financieras menos favorables podrían acentuar los riesgos para la estabilidad financiera”.
En el caso de la economía boliviana, debido al bajo grado de integración financiera a los mercados internacionales, los riesgos son menores, posiblemente aumentaría la tasa de rendimiento de la nueva colocación presupuestada de bonos internacionales. Los efectos de contagio vienen principalmente a través de los países vecinos por sus políticas monetarias y cambiarias "dependientes” de la tasa de interés del Fed y del dólar.
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