Inventiva: Cosechadores de quinua, ganaderos de llamas, agricultores de café y cacao ingenian nuevas formas de préstamos y adoptan procedimientos de garantía que quiebran las tradicionales formas del crédito bancario.
Ganaderos de llamas, caficultores, cultivadores de quinua y cacao organizaron a su manera sus propios bancos para sortear las dificultades de acceso al préstamo bancario y ahora cuentan historias mezcladas de sonrisas y tropiezos.
Cada uno de estos sectores se organizó en medio de dificultades, sus socios aportaron dinero desde 1.000 dólares y la suma de ahorros, iniciativa y creatividad terminaron creando empresas de préstamo con esencia de tierra y aromas de café y cacao.
Los préstamos ayudaron a multiplicar la producción, asomar a la exportación y desafiar a la banca de las grandes ciudades. “Hace 27 años, la quinua era un producto discriminado. Decían que era comida para el indio y la llama. Después de descubrir su potencial en proteínas, nos convertimos en los primeros exportadores y ahora (el grano) es la comida de los gringos”, relató el representante del Fondo Quinuero, Benjamín Guarachi.
Con una gorra que simboliza a los 100.000 productores de quinua y carne de llama, este dirigente marca la diferencia. “Los bancos, que se queden en las ciudades; en el campo está nuestra financiera”, exclamó ayer en el Primer Encuentro Financiero Bancarización y Crédito Productivo, organizado por la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (ASFI).
Elegantes ejecutivos de banco escucharon la experiencia de los innovadores agricultores, ahora dedicados a crear técnicas y herramientas para llegar con créditos a los fértiles campos de quinua o a las plantaciones de café en los Yungas del departamento de La Paz.
En el momento cumbre para los depósitos del público en la banca privada que alcanzan a unos 8.000 millones de dólares, también el dinero disponible para prestar aumentó y supera los 3.500 millones de dólares. Pero las dificultades para lograr préstamos de la banca son la otra cara de la medalla. Los productores prefieren rodear este obstáculo y, con sus escasos conocimientos, sólo fortalecidos por costumbres de solidaridad, responsabilidad y pujanza, formaron sus propios bancos, aunque no se ajustan a las rígidas normas bancarias.
“No hemos defraudado; mejoramos la vida de la población”, exclamó el representante de la Financiera del Café (Fincafé) Juan Carlos Flores, un hombre que sabe más de cultivos en zonas semitropicales pero no teme hablar de crédito porque es líder de 25 organizaciones que desde 1998 cuentan con su propia financiera. Su relato “con sabor a café” comenzó en 1998 cuando lograron reunir 10.000 dólares para prestarlos de manera solidaria entre los primeros socios.
Ahora las cifras son mayores y son confiables para instituciones crediticias. A pesar de los avances, Flores siente tristeza porque muchos agricultores necesitan nuevos préstamos y la caja es demasiado chica para tanta demanda.
“Nos negaron fondos porque no éramos especialistas en colocar créditos”, recordó Agustín Choque, un representante de la Alternativa Financiera para el Desarrollo, un nombre que ampara a humildes y creativos productores de cacao. Desde diciembre de 2008, los esfuerzos de estos agricultores escaló a lo más alto y ahora suman 340.000 dólares en préstamos que abonan la tierra desde los Yungas hasta el departamento de Beni. “Necesitamos ser reconocidos y no estar fuera de la ley”, pidió Choque, quien se queja porque no pueden agilizar sus comunicaciones y operaciones de préstamo por falta de internet satelital.
El gerente general de Crédito con Educación Rural (Crecer), José Auad, cree que la fórmula para unir a banqueros y productores consiste en crear un fondo de seguro agrícola, una herramienta que aliviaría la constante preocupación del prestador de dinero.
Una nueva ley para los bancos
El director ejecutivo de la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero, Reynaldo Yujra, anunció la decisión del Gobierno de cambiar la Ley de Bancos y adecuarla a las demandas del público y de los pequeños productores. Aunque no señaló una fecha para la presentación del proyecto, la autoridad expresó la preocupación de la ASFI por ampliar los servicios crediticios a sectores populares.
También señaló su firme interés por incorporar a la formalidad a los fondos, asociaciones y organizaciones de productores que incursionaron en el mercado del crédito, con herramientas y mecanismos propios.
Opinión
“Mejoramos el servicio financiero, aumentamos las exportaciones de café y mejoramos las condiciones de vida de la población. Realizamos fuertes campañas para alcanzar una cultura del crédito. Ganamos una buena imagen ante organismos de cooperación. Ahora las necesidades son grandes y no podemos obtener más recursos para canalizarlos a nuestros afiliados”.
Juan Carlos Flores / Fincafé
“Los préstamos son para apoyar la roturación de la tierra, para la siembra, la compra de arados, el transporte de semillas, abono orgánico y el transporte del producto. La rotación del capital es de 18 meses y la garantía del préstamo es la propia producción. Nosotros prestamos a personas mayores de 60 años y no negamos el crédito como en la banca de las ciudades.”
Benjamín Guarachi / Fondo Quinuero
“Ésta es una experiencia rica y vamos a construir un nuevo marco regulatorio. El negocio bancario estuvo ligado al modelo económico que estuvo expresado en las leyes de bancos, de seguros y valores. Se dejaba en libertad a las instituciones privadas a guiar sus actividades en función de la rentabilidad. Deseamos formalizar a estos nuevos actores del préstamo productivo”.
Reynaldo Yujra / Director ejecutivo de ASFI
Franz Reynaldo Chávez T.
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