La producción agrícola experimentó una caída importante en los últimos cinco años, en cuanto a su contribución al Producto Interno Bruto (PIB), en tanto que registraron un incremento sustancial los rubros de hidrocarburos y la minería.
Esa situación es advertida en una investigación de Carlos Arce Vargas, Juan Luis Espada, Juan Carlos Guzmán y Pablo Poveda Ávila, difundida por el Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (Cedla).
“Llama la atención sobre la situación de la agricultura, silvicultura y pesca, cuya incidencia promedio anual en el PIB cayó de un 20 por ciento de la primera etapa, a sólo un 8 por ciento , lo que sumado a la caída de su tasa de crecimiento advierte sobre riesgos en la provisión de alimentos y materias primas para la industria nacional”, dice la investigación.
El importante y creciente peso de las actividades extractivas en la estructura y la dinámica de la economía boliviana se refleja de una manera aún más concluyente en la incidencia de las ramas de actividad sobre el comportamiento del PIB nacional, se explica.
En el periodo 2001-2005, la rama agropecuaria fue la que tuvo mayor incidencia en la variación del PIB, aunque es perceptible la importancia que el sector de hidrocarburos fue adquiriendo, ubicándose en el segundo lugar en términos de incidencia.
El documento advierte que la presencia de un creciente proceso de inflación a partir del mes de junio de 2010, concentrándose en el capítulo de alimentos, muestra el deterioro paulatino de la capacidad productiva y la persistencia de la orientación exportadora que deviene a su vez en concentración de la tenencia de la tierra, que determinan la insuficiencia de la oferta interna.
Agrega que esa situación exacerbó el comportamiento de las importaciones, que tradicionalmente siguieron de cerca el incremento de las exportaciones. Además, añade, a partir de los eventos de inflación producidos en 2007 y 2008, el Gobierno priorizó la importación directa de alimentos como instrumento para combatir el incremento de sus precios internos.
Se destaca el hecho de que la economía se ha caracterizado en los últimos años por los niveles de crecimiento económico positivo, verificados ininterrumpidamente desde el año 2004 “pero que han sido mayores en el último quinquenio”.
Señala que en la última mitad de la década anterior, el crecimiento anual promedio del PIB fue del orden de 4,6 por ciento, casi un 50 por ciento mayor que la tasa promedio del quinquenio 2001-2005, que se situó en 3,1 por ciento .
“Estos resultados han sido alcanzados principalmente gracias a los elevados precios de las materias primas en el mercado internacional, escenario impulsado por el crecimiento económico excepcional de algunas regiones y países”, dice el informe.
Explica que durante el segundo quinquenio, los años 2008 y 2009 mostraron un comportamiento irregular respecto a la línea tendencial del periodo. El año 2008 se incorpora la empresa San Cristóbal a la producción con lo que el sector de la minería alcanzó un crecimiento excepcional de más del 56 por ciento .
El año 2009, como producto de la crisis internacional que ocasionó la caída de la demanda de materias primas, reflejada en la menor demanda de gas natural por parte de Brasil, que bajó un promedio diario de 31,3 millones de metros cúbicos en 2008 a 24 millones de metros cúbicos en 2009, la producción nacional de hidrocarburos sufrió una drástica reducción de 13,5 por ciento.
En el periodo 2001-2005 el crecimiento del PIB se explica en gran parte por el crecimiento de la producción de hidrocarburos, especialmente de gas natural, con una tasa promedio anual de 10 por ciento. En los cuatro años siguientes, es decir 2006-2009, ese sitial fue ocupado por la actividad minera que alcanzó una tasa promedio anual de poco más del 20 por ciento.
Además se subraya la importancia del sector de transporte y del sector de la industria manufacturera, en ambos casos debido al impacto que tuvo sobre ellos el crecimiento inusitado de las exportaciones de gas natural al mercado brasileño a partir de los primeros años del periodo y a la reanimación del rubro de refinación de derivados de petróleo en 2002 y 2004.
En la segunda parte del decenio, periodo 2006-2009, sobresalen las ramas de la industria y la minería, contrastando con la caída importante en la incidencia de la rama de hidrocarburos que pasó a tener una incidencia anual promedio negativa.
Es visible la producción de metales, particularmente en los años 2008 y 2009.
Producto Interno Bruto.
Concepto
El Producto Interno Bruto (PIB) es una medida agregada que expresa el valor monetario de la producción de bienes y servicios finales de un país durante un período. En el caso del informe del Cedla, de cinco años.
El PIB es usado como una medida del bienestar material de una sociedad y es objeto de estudio de la macroeconomía. Para estimarlo, se emplean varios métodos complementarios; tras el pertinente ajuste de los resultados obtenidos en los mismos, al menos parcialmente resulta incluida en su cálculo la economía sumergida, que se compone de la actividad económica ilegal y de la llamada economía informal o irregular (actividad económica intrínsecamente lícita aunque oculta para evitar el control administrativo).
Inflación reactivada desde 2007
En el último quinquenio se produjo una reactivación de los procesos inflacionarios en el país, especialmente a partir del año 2007, señala el informe del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario, Cedla.
Indica que en los años 2007, 2008 y 2010 el incremento anual de precios fue inusualmente alto respecto a las variaciones registradas en los anteriores cinco años.
“Excepcionalmente en 2009, y coincidiendo con la etapa más aguda de la crisis internacional, la inflación interna fue prácticamente nula”, agrega.
La elevación de precios internos se debe a la influencia de la inflación internacional por los precios de las importaciones, en particular de los precios de los alimentos, así como de una situación de elevada liquidez en la economía nacional a consecuencia del incremento de los ingresos de las exportaciones, alentadas por la demanda internacional de materias primas.
Cedla afirma que otra razón fundamental para la elevación de los precios internos fue el debilitamiento de la producción.
Aumenta a 69 por ciento la exportación de minerales e hidrocarburos en desmedro de manufacturas
El valor de las exportaciones bolivianas por concepto de materias primas, como minería e hidrocarburos llegó a constituir el 69 por ciento del total de lo que vende el país al exterior. Hace poco más de cinco años la exportación de manufacturas era similar a la de materias pri-mas.
Esa situación es revelada por cinco investigadores del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario, en la que se destaca que la balanza comercial del país muestra el comportamiento tradicionalmente asociado al comercio exterior de los países primario exportadores.
“Si bien el país logra alcanzar una balanza comercial superavitaria desde el año 2004 y llega a quintuplicar las exportaciones en el curso de la década, la inflexibilidad de las importaciones, explicada por la debilidad del aparato productivo y la poca industrialización, ocasiona que el superávit comercial sea extremadamente volátil, reduciéndose en episodios de caída de los precios internacionales de materias primas, como el producido en 2009 por la crisis internacional”,
La estructura sectorial de las exportaciones, agrega, revela el cambio producido en ella durante la segunda mitad de la década anterior: las ventas externas de productos primarios provenientes de las ramas de hidrocarburos y minería pasaron a ser dominantes, concentrando aproximadamente el 69 por ciento del total, frente a una participación más equilibrada vigente en el quinquenio anterior, cuando estos sectores representaban el 47 por ciento , porcentaje similar al de la industria manufacturera.
“Esta situación refleja una tendencia a la mayor primarización relativa de la oferta productiva del país, producto de la concentración de la atención de la inversión privada y de las políticas públicas en las ramas extractivas, que en la actualidad producen rentas excepcionales”.
“Los índices de precio y de volumen de la exportación de hidrocarburos y de minerales en el periodo 2006-2010 tienen un comportamiento discorde que ha aumentado la brecha entre ambos: mientras el índice de precio de la exportación de hidrocarburos se incrementó en un 45,8 por ciento , el índice de volumen sólo creció en un 2,6 por ciento en el caso de los minerales, el índice de valor se elevó en un 51 por ciento y el de volumen sólo en un 15 por ciento .
Se subraya lo sucedido con las exportaciones de hidrocarburos: “el Gobierno al dar continuidad a la orientación exportadora de la economía, sometió su propia capacidad de ac-tuar a través de la política fiscal a la obtención de rentas provenientes de la exportación de gas natural”.
En el caso de la exportación de minerales, el incremento de la oferta exportadora a partir del año 2008, se debe esencialmente a la incorporación de la empresa San Cristóbal en la producción de concentrados de zinc-plata-plomo.
Importación de diversos combustibles aumentó del 3 al 9 por ciento
La importación de combustibles creció de 3 a 9 por ciento en la última década, revela una investigación, según Cedla. Señala que estas tuvieron un aumento inusitado desde el año 2005.
“El grupo de bienes intermedios y materias primas fue el que más creció en varios años del quinquenio 2006-2010. También refleja el crecimiento de la importación de bienes de capital a partir de 2008, con un incremento mayor en el último año”.
Agrega que también se produjo el crecimiento de la importación de bienes de capital a partir de 2008 y la importación de bienes de consumo creció levemente durante los cuatro años iniciales, aunque en 2010 sufrió un salto extraordinario, llegando a constituir 1,5 veces el volumen importado en 2006.
El informe del Cedla asegura que el incremento de los bienes de capital e intermedio daría la impresión de que el crecimiento de las importaciones respondería a una mayor dinámica de la producción nacional, “empero, revisando el comportamiento de cada grupo, resulta que: dentro de los bienes intermedios el ítem de mayor crecimiento es el de los combustibles, que pasó de constituir el 3 por ciento del total de bienes importados, como promedio en el quinquenio 2001-2005, a más del 9 por ciento en el quinquenio 2006-2010”.
Agrega que en el grupo de bienes de capital, la maquinaria industrial tiene la más alta participación con un 10,6 por ciento en el último quinquenio, aunque la misma no ha variado desde principios de la década.
Una situación parecida se da en el caso de los bienes de capital destinados a la agricultura, aunque su participación es irrelevante, pues no pasa del 1,7 por ciento del total de las importaciones.
En el grupo de bienes de consumo, el ítem más importante es el de los vehículos de transporte particular que aumentó su participación de 3 a 5 por ciento del total en los mismos periodos.
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