El actual Índice de Precios al Consumidor (IPC), que sirve como principal indicador de la inflación mensual, está vigente desde el año 2007 y necesita ser actualizado, según un análisis realizado por la Fundación Jubileo.
La estructura de consumo está constituida por todos los gastos que los hogares de la población dedican a la compra de su canasta de bienes y servicios. Para la base 2007 se seleccionaron 364 artículos representativos, clasificados en 12 grupos. Para establecer la canasta familiar se realiza una encuesta a una muestra representativa de hogares durante un año.
La información permite definir la estructura de gasto de los hogares. En el país, esta investigación fue realizada entre 2003 y 2004. Han pasado casi nueve años y, por tanto, la estructura de consumo de la población va perdiendo representatividad, según Jubileo.
Para el IPC actual, la ponderación de los alimentos y bebidas tiene menos importancia en comparación con la estructura del anterior cálculo de precios, mientras la ponderación del costo de transportes y comunicaciones se ha incrementado.
Precisamente, existen observaciones por parte de analistas a la estructura de ponderaciones de la actual canasta familiar.
Para evitar esta situación, la entidad responsable de la elaboración del IPC, según recomendaciones internacionales, debería realizar cada cinco años un cambio de base por completo, puesto que el IPC es un índice de precios con una canasta fija y pierde representatividad a medida que se aleja del año base. Por tanto, se deben comenzar las acciones y operaciones para determinar la composición de una nueva canasta de bienes y servicios. También es imprescindible la realización del Censo de Población y Vivienda, el cual se constituirá en el marco actualizado para la selección de la muestra de hogares a ser investigados.
Otra razón para proponer una nueva canasta de consumo familiar es que se evidencia una modificación de la renta del país que, según el Gobierno, también se traduce en una mejora de los ingresos familiares, incremento del PIB per cápita e incluso reducción de los niveles de pobreza. En consecuencia, a mayor renta, los hogares consumirían más, considerando que, ante el aumento de sus ingresos, los consumidores se comportarían de distintos modos.
Desde 2003, hay nuevos productos y servicios, habiendo variado los componentes de la canasta de consumo. Todos estos cambios deberían reflejarse en la composición de un nuevo IPC y en su estructura de ponderaciones. Entonces, se hace preciso realizar un cambio de base que permita una mejor adaptación de este indicador a la realidad económica actual. Asimismo, Jubileo advierte las siguientes posiciones técnicas: Todos los índices de precios al consumidor que se calculan están referidos a un año base que debería ser 100. En el actual IPC base 2007, el promedio simple de los índices mensuales de dicho año no es 100.
Para fijar el periodo base del IPC, el criterio metodológico manifiesta escoger el año más próximo al periodo en el que se realizó la última encuesta de consumo. En el actual IPC se advierte una importante diferencia entre el año definido para el precio promedio base y su valoración de la canasta que corresponde al año 2007, respecto del año cuando se determinaron las cantidades y estructura de consumo que fue entre 2003 y 2004.
Además, el actual IPC refleja más de cerca las variaciones de los precios de los bienes y servicios que componen una canasta de los hogares con mayores ingresos y se deberá realizar el esfuerzo en el futuro de considerar el cambio en las ponderaciones del IPC en alimentos y bebidas, prendas de vestir, calzados, vivienda, agua, electricidad, gas, artículos para el hogar y la vivienda, salud, transporte y comunicaciones, educación, recreación y cultura, bienes y servicios diversos de ponderación base 2007 a precios de 2011, principalmente la estructura de gasto de los hogares pobres, porque es a estos sectores que la inflación golpea con mayor intensidad.
Efecto precio
Para evidenciar la necesidad de cambio de la actual estructura de consumo no es suficiente comparar las estructuras porcentuales de dos periodos base del IPC 1991 y 2007, porque se hace necesario recordar que el gasto en consumo es la suma de los precios por las cantidades consumidas de cada artículo. Entonces el gasto depende de los precios y las cantidades consumidas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario