El sólido balance externo y fiscal, su amplia liquidez externa y sus expectativas de crecimiento a largo plazo, son los puntos que destacó la calificadora de riesgo estadounidense Standard & Poor’s (S&P) para mantener el BB que desde mayo de 2014 ostenta el país.
Entre los aspectos que S&P valora es la estabilidad económica y política que brinda un modelo de crecimiento con certidumbre.
Las calificaciones de Bolivia reflejan nuestra opinión de que su economía seguirá creciendo entre 3% y 4% en los próximos tres años, pero seguirá siendo vulnerable al ciclo de los precios de las materias primas internacionales (commodities).
La calificadora también hace notar que la posición externa del país probablemente se deteriore de manera moderada en los próximos tres años, derivado de los déficits en la cuenta corriente.
“Sin embargo, esperamos que la posición externa de Bolivia se mantenga relativamente robusta gracias a sus amplios activos externos y a su bajo nivel de deuda externa”, sostiene el informe.
Al respecto, Alberto Mercado, analista económico, sostuvo que es muy positivo que la S&P mantenga la calificación de BB, pues eso indica que la situación económica y financiera del país se mantiene estable y tiene buena aceptación en los organismos e inversores extranjeros.
Mercado remarcó que el déficit del sector público no financiero debe ser controlado para no generar distorsiones en la economía nacional.
Algunas recomendaciones
El documento de S&P detalla que Bolivia presentó su primer déficit del sector público en 2014 tras ocho años de superávit respaldados por los favorables precios de los commodities.
El sector público no financiero registró un déficit de 3,2% en 2014. Este déficit global lo produjeron en gran parte las empresas del sector público (70%) y la aceleración del gasto de los gobiernos subnacionales antes de las elecciones locales (30%), mientras que el Gobierno central cerró con un presupuesto prácticamente balanceado.
Al respecto, Waldo López, expresidente de Colegio de Economistas de Bolivia, sostuvo que ese déficit es un llamado de atención, por lo que el Gobierno debe trabajar para que los precios internacionales de las materias primas no sean tan determinantes en la economía nacional.
Otras de las observaciones que hace S&P es que una mayor inversión sostenida en el sector energético podría dar como resultado una capacidad mayor a la esperada tanto para la producción como para la exportación en los próximos tres años.
Los pasos para fomentar una mayor inversión privada podrían dar al Gobierno un mayor alcance para ajustar las inversiones del sector público para contener los déficits fiscales, sin afectar las expectativas de crecimiento del país en el largo plazo. La diversidad productiva es otra de las claves que resalta
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