09 agosto 2016

Informe del Banco Mundial La década del 2000 ha sido la de mayor crecimiento regional

La década del 2000 ha sido la más significativa para la economía latinoamericana, al punto de considerársela como la “dorada”, porque el crecimiento fue permanente. Quizás su mayor logro fue haber reducido el número de pobres, a la vez que una buena parte de la población empezó a engrosar la clase media, aunque con reparos.

Pues, preocupa a organismos internacionales la situación de algunas personas que nunca pudieron salir de la pobreza: se trata de los “pobres crónicos”. En atención a ello, los organismos internacionales sugieren mejorar los programas de asistencia social para ayudar a este sector.

Estos se encuentran, por lo general, en los centros urbanos de las principales ciudades de la región latinoamericana. Un resumen ejecutivo del estudio: “Los Olvidados, pobreza crónica en América Latina y el Caribe” señala que los pobres crónicos no se han beneficiado mayormente de las impresionantes tasas de crecimiento de la década del 2000 y pueden haberse escurrido entre las grietas del sistema de asistencia social y han sido olvidados.

El informe elaborado por Renos Vakis, Jamele Rigolini y Leonardo Lucchetti, cuyo documento forma parte de los estudios del Banco Mundial, sostiene en su introducción que la reducción de la pobreza dio lugar al surgimiento de una amplia clase media en ALC (América Latina y el Caribe). El registró estadístico indicaba que en 2003 alrededor del 23% de la población regional estaba en situación de pobreza. Empero, en 2012, estableció que a 34% había salido de ella.

Sin embargo, el estudio efectúa una puntualización muy importante. La región todavía no es una sociedad de clase media. La explicación del informe señala que la mayoría de las personas que salieron de la pobreza no pasaron a engrosar las filas de la clase media, sino que ingresaron en las de un sector “vulnerable”, que permanece en riesgo de volver a caer en la pobreza.

POBREZA CRÓNICA

Los datos que presenta el documento del Banco Mundial señala que al 2012, uno de cada cinco latinoamericanos ha sido crónicamente pobre desde 2004. De cada cien pobres en 2004 solamente la mitad emergió de la pobreza. Alrededor del 8% de los no pobres, al mismo tiempo, cayeron asimismo en la pobreza.

Esta situación afecta al medio urbano y rural. La residencia en zonas rurales está asociada a una mayor persistencia de la pobreza.

Por ejemplo, en Bolivia, cuyas tasas de pobreza crónica globales son cercanas al 2%, la cronicidad de la pobreza rural triplica y está más de 20 puntos porcentuales por encima que en los centros urbanos, señala el estudio.

No obstante, pese a que las tasas de pobreza crónica son mucho más elevadas en las áreas rurales, la pobreza crónica afecta al medio rural.

Considerando el número total de habitantes, entre los años 2004 y 2012, las zonas urbanas de muchos países concentran cifras más elevadas de pobres crónicos.

PROGRAMAS

Es por ello que se recomienda que para apoyar a ese sector a salir de la pobreza crónica deben integrar los programas sociales, con el objetivo de facilitar la implementación de los mismos.

Recuerda que en varios países de América Latina se vienen desplegando esfuerzos para ofrecer una respuesta más sistemática a las restricciones, tanto de comportamiento como de coordinación en forma de “servicios de intermediación social”, que han sido diseñados para ayudar a los pobres a vencer barreras al acceso y a la información, entre otras, por medio de un enfoque holístico, sistémico y a nivel de hogares.

Este enfoque se considera que merece cierta atención, porque representa un giro: del paradigma tradicional de la asistencia social, que consiste en brindar a los pobres una amplia gama de bienes y servicios, hacia un enfoque más personalizado, que aspira a suministrar a las personas las herramientas que necesitan para enfrentar sus retos específicos.

A diferencia del enfoque clásico de protección social, según el cual las familias crónicamente pobres tienen que postular a los beneficios, los servicios de intermediación social colocan a las familias en el centro, al identificar y abordar activamente a los pobres crónicos y garantizarles un acceso prioritario a programas tanto existentes como nuevos.

CRECIMIENTO

El crecimiento económico sostenido, aunado a reducciones significativas en la desigualdad de los ingresos, generó notables aumentos en los ingresos de quienes se encuentran en el nivel más bajo de la distribución de ingresos. En consonancia con ello, la pobreza en ALC disminuyó más de 16 puntos porcentuales en el transcurso de una sola década, de 41,6% en 2003 a 25,3% en 2012. Y la pobreza extrema se redujo a la mitad durante el mismo período, de 24,5 a 12,3%.

En general, setenta millones de personas, una cifra extraordinaria, salieron de la pobreza; es el resultado más impresionante que puede observarse en reducción de la pobreza en la región, en décadas.

INGRESOS LABORALES

Por otra parte, una preocupación que también pone en la discusión el estudio es que en todos los países hay menos personas que perciben ingresos laborales entre los hogares crónicamente pobres en comparación, ya sea con los hogares pobres que habían escapado de la pobreza o con los hogares no pobres.

El desempleo en la región se ha incrementado. En Bolivia, de acuerdo con los datos presentados por el presidente Evo Morales, en su discurso del 6 de Agosto, dijo que la misma subió de 3,5 por ciento a 4,4 por ciento, en los dos últimos dos años.

Ante esa realidad, el ministro de Economía y Finanzas Públicas, Luis Arce, adelantó que en las “siguientes semanas” se anunciará una nueva política para acentuar la reducción del desempleo en el país.

El ministro explicó que el desempleo en el país creció en los dos últimos años empujado principalmente por la minería, tomando en cuenta que la baja cotización de los minerales a nivel internacional afectó a la economía de ese sector y a su ámbito laboral.

No obstante, dijo que en los primeros cinco meses de este año la minería nacional se recuperó y mostró un crecimiento importante, de la mano del contexto internacional, por lo que se prevé una importante reducción en el desempleo en aquel sector.

SERVICIOS

Los servicios de intermediación social no acarrean beneficios materiales directos a las familias sino que facilitan el acceso de estas a otros programas. Por lo tanto, tienen que estar debidamente integrados en el sistema de asistencia social, contar con sistemas informativos interoperables para identificar la oferta de servicios sociales y la demanda de la población, y contar con una planilla de trabajadores sociales capacitados para trabajar activamente con la población objetivo, con el fin de orientarla hacia programas sociales que satisfagan sus necesidades familiares específicas.

Una buena articulación con el lado de la oferta es también fundamental para el éxito de los programas. De hecho, la calidad de la oferta es tan importante como atender la demanda de servicios sociales: facilitar el acceso a servicios de mala calidad, o mal diseñados para cubrir las necesidades de los pobres extremos y crónicos, puede conducir a un impacto marginal o no tener ningún impacto.

Los trabajadores sociales constituyen la piedra angular del apoyo a las familias; por lo tanto, tienen que ser debidamente capacitados y poseer un conjunto mínimo de calificaciones. No solo es importante que conozcan a fondo las normas y procedimientos de calificación de todos los programas de asistencia social, sino que deben tener cierto conocimiento de las barreras informativas y psicosociales que enfrentan los pobres crónicos, y saber cómo dialogar con las familias para ayudarlas a superar tales barreras. Las visitas a las familias deben realizarse en 39 intervalos regulares y estar diseñadas para atender necesidades individuales.

FUENTE: LOS OLVIDADOS, POBREZA CRÓNICA EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE, capitulo: Desarrollo de soluciones en materia de comportamiento y coordinación: el surgimiento de servicios de intermediación social.


No hay comentarios:

Publicar un comentario