El mercado de valores es parte del sistema financiero, en el que se intermedian recursos para satisfacer necesidades de liquidez (financiamiento empresarial) o necesidades de obtener rentabilidad por recursos que se tienen disponibles (inversiones). En este escenario, la Bolsa es el mercado donde los oferentes (inversionistas) y demandantes (empresas o instituciones) se encuentran y están representados por las agencias de bolsa (intermediarios), que son instituciones que compran y venden valores a nombre de sus clientes, en los mecanismos de negociación dispuestos por la Bolsa.
El proceso. La empresa que desea financiarse acude a una agencia de bolsa para que estructure la emisión. Es un proceso en el que se determinan las características de los valores: tasa, plazo, amortizaciones, garantías, etc., y se elabora el prospecto, documento que contiene amplia información sobre la empresa. Luego, los valores son evaluados por una empresa calificadora de riesgo, que realiza un análisis cuantitativo y cualitativo, y en función del cual emite una “calificación de riesgo”. Las calificaciones que se otorgan a los valores difieren según el tipo de valores que se desea emitir. Por ejemplo, cuando hablamos de valores de renta variable, las calificaciones tienen otras connotaciones que cuando nos referimos a valores representativos de deuda de corto plazo. En el primer caso, la máxima calificación que puede recibir una acción ordinaria es “I”, que representa “el más alto nivel de solvencia y muy buena capacidad de generación de utilidades”. En el segundo, la calificación más alta es el Nivel 1 (N-1) y corresponde a “aquellos valores que cuentan con una alta capacidad de pago de capital e intereses en los términos y plazos pactados, la cual no se vería afectada en forma significativa, ante posibles cambios en el emisor, en el sector al que pertenece o en la economía”.
El siguiente paso. Una vez concluido el proceso de calificación, se realiza el proceso de liquidación y custodia de los valores con la entidad de depósito, que en Bolivia se denomina Entidad de Depósito de Valores S.A. (EDV). En esta última todas las emisiones de valores se encuentran “desmaterializadas”; es decir, la tenencia de un valor está registrada como una anotación en cuenta en un registro electrónico. Una vez que se han completado los pasos precedentes, la agencia de bolsa realiza las gestiones para inscribir a la empresa como emisor en el Registro del Mercado de Valores (RMV) a cargo de la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (ASFI) (regulador) y para inscribir la emisión en la Bolsa Boliviana de Valores S.A. (BBV). Una vez concluido esto, los valores pueden ser ofertados a los inversionistas a través de los mecanismos de negociación de la Bolsa.
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