La política de Donald Trump sigue siendo un misterio para el mundo, su país, su propio partido y, según muchos expertos, inclusive para él mismo. Sin embargo, durante su campaña ha dado a entender algo de lo que considera debería ser la política de defensa de Estados Unidos, la política comercial y hasta parte de su política de lucha contra las drogas.
En el tema de la defensa, Trump quiere cobrar por la protección militar que ofrece a Corea del Sur y a Japón. Para Bolivia este no sería un problema ya que el gobierno nacional no está interesado en tener bases militares estadounidenses en territorio boliviano y menos si tuviera que pagar por ello.
La política comercial delineada por Trump durante su campaña es muy parecida a la de Evo Morales, ya que ambos se oponen a los acuerdos comerciales, este porque no quiere favorecer al imperio y aquel porque no quiere que se aprovechen del imperio.
Trump asegura que los países con los que Estados Unidos tiene una balanza comercial deficitaria deberían pagar por este privilegio de alguna forma. Para Bolivia esto podría ser un problema ya que la balanza le favorece y estaría entre los países de los que Estados Unidos espera algo a cambio.
En Bolivia, el tema de las drogas y la guerra contra el narcotráfico es un tema central. Para Trump, Bolivia sería irrelevante en el tema de las drogas por el simple hecho de que la cocaína que se produce aquí no llega a Estados Unidos. Es destinada al consumo en Brasil, Argentina y Europa.
Sin embargo, Trump probablemente tenga una visión más empresarial cuando se trata de combatir el narcotráfico y considere a todo el negocio de lavado de dinero, tráfico de personas, drogas y armas como una sola multinacional del crimen. Las luchas empresariales son su especialidad.
Trump culpa a los mexicanos por el crimen y las drogas con el mismo lenguaje que usa el ministro Carlos Romero cuando habla de los colombianos, peruanos y los brasileños en nuestro país. Trump quiere construir un muro; nuestros vecinos saben que esto no funciona y han desplazado tropas y están derribando avionetas para frenar la droga que sale de Bolivia.
Si Estados Unidos se decidiera por una política de lucha contra los narcotraficantes desde una perspectiva empresarial, los resultados podrían ser más efectivos y afectaría a Bolivia en nuevas formas.
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