09 noviembre 2014

El “boliviano” se impone en el comercio de la frontera



Como cada mañana, una larga hilera de camiones y de personas a los costados del puente internacional de la ciudad fronteriza de Yacuiba, se constituye en la principal barrera que deben superar los habituales compradores, turistas y comerciantes que llegan del interior del país, para ingresar en un “tours” de compras hacia la República Argentina.

A mitad de camino, a la manera de laboriosas hormigas, los incansables bagalleros, hombres y mujeres debidamente identificados con chalecos de color azul y bordado de letras negras, trasladan una pesada carga de electrodomésticas, alimentos o ropa, unos detrás de otros, sobre sus carros metálicos, durante las seis horas habilitadas para que realicen esta actividad.
La frontera es un territorio hecho de filas, unas filas que desde hace dos años registraron un cambio de dirección, cuando el “boliviano” registró un poder adquisitivo superior en un 120 por ciento al peso argentino, desatando un flujo comercial a la inversa, de lo que sucedía desde la década de los 90’. Aquella época cuando eran los argentinos los que llegaban por montones, desatando una fiebre comercial y migratoria, que comenzó a declinar en la década pasada.
Sin embargo, para los comerciantes del lado boliviano, del cual depende una cantidad significativa de la población, esta situación los está obligando a migrar hacia otras partes del país, o a cambiar de rubro. Según un análisis del asesor del concejo municipal, Hugo Galarza, lo ideal sería una paridad en el tipo de cambio.
Hasta el cierre de edición de la presente nota, el peso boliviano cotizaba a dos pesos con treinta centavos argentinos, es decir a un 130 por ciento más. En los meses pasados, el valor más bajo de un peso boliviano fue de un peso noventa argentinos.

Una de cal y otra de arena
Para los argentinos el cambio de dirección del flujo comercial representa una noticia hecha “de cal y de arena” para su economía, una situación que es similar también del lado boliviano.
Es que el traslado constante de compradores de bolivianos a Salvador Mazza, representa una buena noticia para sus negocios que incrementaron sus ventas, y que aprovechan para subir los precios de sus productos, con cada variación porcentual de su moneda.
Pero es al mismo tiempo, los compradores bolivianos traen desorganización porque dan lugar a la instalación de puestos ambulantes, y la venta irregular de productos en vehículos de uso particular, que no cuentan con las condiciones para la venta.
Tal como lo reconoce el secretario de gobierno del municipio de Salvador Mazza, Sergio San Millán, a través de los medios argentinos, en los que relata que “la pelea de los inspectores de la municipalidad con camioneros y ambulantes es diaria y permanente”.

El boliviano se impone
Otro signo de la buena salud económica del país, y la recesión económica argentina, es la de la transacción en moneda boliviana en el otro país, una situación que ocurre por primera vez en esta región.
“Ahora los argentinos tienen dos cajas registradoras, en la primera ponen su plata y en la segunda guardan moneda boliviana, para que si el comprador boliviano se queda sin pesos argentinos, la transacción continúe en bolivianos, esto nunca había ocurrido”, relata Juana Cardozo, compradora yacuibeña.
Un reportaje de un diario argentino, Urgente 24, destaca esta situación y lo atribuye a las medidas económicas de la actual gestión de Gobierno, e incluso hace referencia a que los argentinos esperan que “Evo (Morales) aconseje a Cristina (kirchner).
“Un electrodoméstico que en Salvador Mazza tiene un precio de 1.000 pesos argentinos, implica que los compradores del vecino país lo abonarán a 400 pesos bolivianos; un yogur de primera marca que los argentinos lo pagan 10 pesos, a los compradores provenientes de Bolivia les representa solo 4 pesos bolivianos”, refleja esta publicación.
Para la prensa argentina, lo más destacable lo constituye la política cambiaría del Ministro de Economía, Luis Arce, que durante la presentación del Presupuesto General de 2015 (PGE), explicó: “Estamos entrando con las mismas variables del año pasado, con el tipo de cambio actual más o menos diez puntos de movilidad del tipo de cambio”.
Desde este enfoque, el PGE dispone que el tipo de cambio es de Bs 6,96 para la venta más o menos diez puntos, lo que significa que la cotización “puede subir o bajar diez puntos y, por lo tanto, se da un margen de 20 puntos para que pueda moverse”.

Lo ideal es la paridad

Sin embargo, el sector comercial boliviano es el que ahora debe enfrentarse a una crisis en las ventas con bajas mayores al 50 por ciento. Entre los nuevos destinos que avizoran los comerciantes se encuentran la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, Villa Montes, o la ciudad de Tarija.
El dirigente del sector comercial, Luis Marca manifestó que las diferentes asociaciones de vendedores se encuentran registrando bajas significativas entre sus afiliados.
Consultado sobre el tema, el asesor general del Concejo Municipal de Yacuiba, Hugo Galarza, reconoció esta situación, y señaló que lo ideal sería la “paridad monetaria”, de esta manera se complementarían el lado comercial boliviano, y la venta de alimentos o electrodomésticos en la argentina.

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