El sistema financiero nacional tiene resultados positivos, lo que se refleja en una gran solvencia y en una baja mora. Simultáneamente, desde que se especificara en la Constitución Política del Estado que los servicios o actividades de intermediación financiera son de interés público, se busca que las entidades cumplan una función social.
Esto implica que todas las instituciones de este sector deben apoyar a las políticas de desarrollo económico e inclusive impulsar tareas como la eliminación de la pobreza y de la exclusión social. Ahora bien, ¿cómo se regula este dinámico sector que, además de abocarse a la intermediación de recursos, tiene ahora una función social que cumplir? Para absolver estas interrogantes, Página Siete conversó con la directora ejecutiva de la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (ASFI), Lenny Valdivia.
En el sistema financiero se están dando reformas, ¿hay resistencia de las entidades financieras a implementarlas?
Hay una posición que ustedes la conocen y que las entidades financieras, mediante sus gremios, la han manifestado de manera abierta y eso lo hemos leído en los medios de prensa escrita. La han ratificado acá en reuniones en la ASFI. Sin duda, las entidades financieras no pueden tener un manejo político, una visión política y eso las entidades financieras lo tienen bien claro, ellas son cumplidoras de la norma y nos han manifestado que van a ser siempre respetuosas de la norma. Como están realizando actividad de intermediación financiera en nuestro país, bajo nuestras leyes, definitivamente cumplirán la Ley de Servicios Financieros 393 y toda la normativa emitida por la ASFI.
Sin duda, se están enfrentando a un nuevo escenario, a una nueva política pública, claro que sin resistencia. Cuando interactuamos con las entidades financieras, son respetuosas de la norma y de las decisiones que nosotros tomamos en ese orden, no podríamos decir que hay un rechazo.
Es un sistema en crecimiento…
Hay un crecimiento del sistema financiero. Eso significa que las operaciones que realizan las entidades financieras se están multiplicando. Si antes colocaban, por ejemplo, 500 créditos al mes, hoy se colocan 1.500 o 2.000. La pregunta es cómo vienen las utilidades de la banca, pues proceden de esa actividad de intermediación. Sus utilidades se han ido incrementando, eso es lo que de la manera más honesta les digo. A veces se quiere estigmatizar y se ha pretendido utilizar esto para justificar determinada posición política y eso no es bueno, no es saludable.
En realidad, hay que tener una lectura adecuada de lo que está pasando en el sistema financiero. Pero estas medidas no son aisladas, no es que solamente hay que ver que la banca está ganando más, sino el comportamiento de todo el sistema financiero, en su conjunto. Por ejemplo, en la actualidad hay más puntos de atención, la gente accede a mejores servicios, hay más cuentas corrientes, más personas que acuden a una entidad financiera. La gente en el pasado tenía que trasladarse del área rural al área urbana y hoy eso ha cambiado. Y también hoy operan las ventanillas de reclamos en cada entidad financiera.
Independientemente de la lectura política a la que usted se refiere, las cifras lo están diciendo: éste parece ser el mejor momento de la banca, ¿cómo lo evalúa usted?
En años pasados, las cifras nos muestran que, como teníamos un sistema financiero más pequeño, los indicadores del sistema financiero no tenían este comportamiento, este crecimiento. Algo que no se debe olvidar es que, con todas estas medidas, nosotros hemos hecho que las utilidades de la banca vuelvan a la sociedad.
En el tema de la Responsabilidad Social Empresarial (RSE), por ejemplo, se debe enseñar a las empresas privadas, y no solamente a las entidades financieras, a que la RSE no es beneficencia, sino a que sean responsables socialmente con lo que la sociedad les está dando, es decir, yo te devuelvo lo que tú me estás dando en utilidades y en ganancias.
En la ASFI creemos que, así como se registra este crecimiento en el sistema financiero, las utilidades, además de dar sostenibilidad a las entidades financieras y de fortalecerlas patrimonialmente, las están devolviendo a la sociedad y a los consumidores financieros al abrir puntos de atención financiera en el área rural que no son rentables económicamente. Hoy en día, para cumplir las metas que les impone el regulador, por más que una oficina no sea rentable, ellos igual tienen que abrirla, porque están compensando un poco las utilidades que obtienen en las capitales de departamento.
No me voy a referir a las medidas tributarias que emergen del Ministerio de Economía. Pero si hacemos un análisis comparativo de 2012 y 2013, vemos que hay una reducción en las utilidades de la banca y estamos hablando de 221 a 212 millones de dólares. Pero lo importante es posibilitar la inclusión financiera.
La dinámica es que esas utilidades vuelvan a la sociedad, en más bancarización, por ejemplo; hace poco el vicepresidente Álvaro García Linera dijo que el Estado toma el 50% de las ganancias del sistema financiero, pero ¿se puede llegar a un punto tal en que el negocio ya no sea rentable?
Precisamente para eso está el regulador, porque nosotros monitoreamos eso. Muchas de las medidas son posibles hoy en día por el buen momento económico del país. Definitivamente creemos que nosotros estamos avanzando en la democratización del crédito, la inclusión financiera, la bancarización y haciendo que cada mes más bolivianos accedan a los servicios financieros.
Sin duda, lo que se contrapone a esta delicada tarea es la responsabilidad que nosotros tenemos de cuidar que ninguna entidad financiera con este tipo de medidas se vea afectada en su patrimonio, al punto de poner en riesgo el ahorro de sus clientes. Definitivamente, es una responsabilidad.
Por eso decía que esto sólo se ve de un lado, porque la banca en estos momentos está ganando más y realizando una mayor cantidad de operaciones. Como teníamos un sistema financiero bastante pequeño, muchas entidades financieras, en gestiones pasadas, han ido patrimonializando las utilidades o haciéndose más fuertes.
La razón de ser de ASFI es vigilar la estabilidad del sistema financiero y en esa delicada tarea cuidamos que ninguna entidad financiera pueda poner en riesgo el ahorro de los clientes, ésa es la razón de ser de nuestra entidad; el regulador debe tener un accionar preventivo prudencial en la emisión de la norma, en lo posible adelantarse a este tipo de situaciones, porque lo que no se quiere es ocasionar daño a los depositantes.
En cuanto a la función social, la reacción de las entidades ha sido decir que no están de acuerdo, pero que van a acatar las normas. ¿Se escucha al sistema financiero? Cuando va a salir una norma, ¿la discuten con el sector o no?
Antes, los banqueros venían a decir qué normas debían salir desde acá. Lo que en este momento les está inquietando, quiero entender esa lógica, es eso. Creo que antes había una situación de conflicto de interés, porque ¿cómo es posible que ellos mismos hagan normas para ellos mismos? Por eso había una situación de asimetría en la prestación de los servicios financieros hacia la población.
Hoy en día ellos nos reportan toda la información a través del sistema en línea, conocemos la situación de cada entidad financiera. Eso sí, lo que no permitimos es que las entidades financieras vengan a tomar decisiones por el regulador y por el supervisor. Sin duda, hay un cambio significativo, fundamental. Eso es lo que nos está permitiendo llevar delante todas estas acciones que van en beneficio del consumidor financiero y no de las entidades financieras. Nosotros nos debemos al consumidor financiero, al ciudadano de a pie que quiere acceder a un servicio financiero en buenas condiciones.
Tenemos la gran responsabilidad de cuidar que ninguna entidad financiera se caiga, pero para eso implementamos otro tipo de medidas. Para nosotros, lo central es la política pública, posibilitar el acceso al financiamiento a los bolivianos. Eso ayuda a mejorar la calidad de vida. Estamos haciendo mucho énfasis en la educación financiera y eso era antes impensable, porque había la concepción de que el regulador y supervisor estaba para cuidar a las entidades financieras. Eso no es así y nosotros lo tenemos bien claro en el marco de las atribuciones del artículo 23 de la Ley de Servicios Financieros 393. En el pasado, la (desaparecida) Superintendencia de Bancos estaba para cuidar las espaldas a la banca, pero hoy en día eso no ocurre.
Es decir, en la ASFI ¿escuchan o no a la banca?
A esta sala de reuniones constantemente vienen las entidades financieras. Lógicamente, somos bastante formales. Antes seguramente cualquier entidad financiera o gerente llamaba y le decía al superintendente: "Oye, estoy yendo”. Hoy en día no lo pueden hacer, tienen que llamar con la secretaria o mandar una nota formal y formalmente le respondemos.
A mí me van a ver haciendo fila en una entidad financiera como cualquier ciudadano de a pie. En el pasado, las exautoridades, exsuperintendentes, llamaban y pedían incluso un oficial de crédito... En eso hemos rayado bien la cancha. Es posible que por eso tengan esa percepción las entidades financieras. Quiero decir que esto es por el bien de la institucionalidad y por la transparencia en la función pública; no les pedimos ningún beneficio, ningún favor y tampoco las entidades financieras tienen que venir a pedirnos absolutamente ningún tipo de favor.
Baja mora y elevadas previsiones
La directora de la ASFI, Lenny Valdivia, destaca los buenos indicadores de la mora y de las previsiones. Hace nueve o diez años la mora del sistema financiero llegaba al 10%, pero hoy apenas alcanza al 1,6% y es uno de los índices más bajos de la región.
Valdivia atribuye este excelente indicador no sólo a que ha evolucionado la cultura de pago de los bolivianos, sino también a la tecnología crediticia de las entidades de intermediación financiera. Además, la solidez del sistema está vinculada con las previsiones de 433 millones de dólares a septiembre de este año. Es el "colchón” o "espalda” que permite el dinamismo de la intermediación financiera y contar con un seguro contra cualquier contingencia.
Valdivia también remarca el proceso de bancarización que ha experimentado el país desde 2010, en especial con la apertura de sucursales y agencias en el área rural, o la modernización de los servicios, con el cambio de las tarjetas de banda magnética para cajeros automáticos por otras más seguras, que tienen microchips.
Un sistema financiero en crecimiento
La situación del sistema financiero nacional refleja o responde a las políticas públicas macroeconómicas y microeconómicas del Gobierno, afirma la directora de ASFI, Lenny Valdivia, cuando se le pide que evalúe el sector.
Al ritmo de la expansión económica corresponden a depósitos o ahorros del público que sobrepasan los 16.000 millones de dólares y una cartera –el total de préstamos del sistema- de 14.000 millones de dólares. Se debe tomar en cuenta que el producto interno bruto estimado para 2015 es de casi 35.000 millones de dólares.
El aumento sostenido de la cartera "significa que cada vez más ciudadanos pueden acceder a créditos en el sistema financiero y éstos son los resultados, sin duda, de las políticas en el marco de la Ley de Servicios Financieros 393, los decretos supremos reglamentarios y también de la normativa emitida para los servicios financieros”, afirma.
Estamos haciendo mucho énfasis en el tema de la educación financiera.
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