La industrialización de los recursos naturales y la política de apreciación monetaria no son alternativas que deba tomar el Gobierno para enfrentar la crisis económica internacional, advirtió el exministro de Desarrollo Económico, Horst Grebe.
El presidente en ejercicio, Álvaro García, explicó ayer que, para minimizar el efecto de la crisis mundial en la economía boliviana, el Gobierno diversificará e industrializará la producción nacional, potenciará el mercado interno, ampliará el gasto fiscal y continuará con su política de apreciación del boliviano.
“La industrialización es una medida estructural correcta, pero su proceso de implementación toma muchos años y no es útil para responder a una crisis económica externa”. Asimismo, “la apreciación de la moneda tampoco es la mejor respuesta (a la crisis), porque es un desincentivo para la inversión y las exportaciones”, aseguró Grebe.
Sin embargo, agregó, “todavía no hay motivos para sembrar alarma en la población”, aún no se determinó cuál será el impacto que tendrá la recesión en los países en desarrollo ni cuándo llegará a los mismos.
“En el corto plazo, la población no se verá afectada por los cambios que se dan en el contexto económico internacional, pero —desde el punto de vista de la experiencia— el impacto llegará a través del comercio. Esto quiere decir que se van a reducir los precios de las exportaciones, principalmente mineras”, manifestó el experto.
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