Wall Street continuó ayer sin levantar cabeza y por cuarta semana consecutiva volvió a cerrar teñida de rojo, tras dejarse arrastrar por los temores ante una posible recaída de la economía mundial y la incertidumbre sobre la salud del sistema bancario europeo.
El Dow Jones de Industriales terminó la sesión con un retroceso del 1,57 por ciento , que sumado a la fuerte caída del día anterior en la que perdió la barrera psicológica de los 11.000 puntos llevó al índice de referencia de la principal plaza financiera mundial a acumular pérdidas semanales del 4,01 por ciento .
Peor parados salieron los otros dos índices de referencia del parqué neoyorquino: el selectivo S&P 500 se dejó hoy el 1,50 por ciento y cerró la semana con un descenso del 4,69 por ciento , mientras que el índice compuesto del mercado Nasdaq perdió el 1,62 por ciento y cerró una semana para olvidar con una fuerte caída del 6,62 por ciento .
Esas cifras son una muestra del pesimismo en el que viven sumidos este agosto los inversores.
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