Los mercados bajan y suben. No importa lo que diga una agencia de calificación. Estados Unidos es y siempre será un país AAA, dijo Barack Obama en un discurso corto que quiso calmar el pánico que se extendió sobre todo en los corredores de bolsa, pero también en el común de la población que veía cómo en un hecho nunca antes sucedido, Estados Unidos dejaba de ser un miembro VIP en la lista de “confianza”.
La agencia Standard & Poor's decidió rebajar la calificación crediticia de la deuda soberana del tesoro norteamericano y la noticia se regó como pólvora entre los demás mercados internacionales y sobre todo alarmó a los prestamistas como China, uno de los mayores propietarios de la deuda norteamericana.
El presidente Obama, en un intento por aliviar la tensión, ha tendido la mano a los republicanos, el ala contraria a su partido, para que le permitan asumir reformas que palien la situación y que extiendan el techo del límite de endeudamiento del gobierno. Como nunca, la facción más radical del Partido Republicano convirtió las negociaciones del límite de endeudamiento público en un ultimátum de recortes al presupuesto federal de EE.UU. y condicionó la aprobación de la medida a reformas integrales y esenciales del Estado. Pasados presidentes habían aumentado ese techo sin problema. Reagan lo hizo 18 veces y George W.
Bush, siete, según la propia Casa Blanca. Pero Obama sólo pudo hacerlo a horas de que venciera el plazo evitando que Washington se declarara oficialmente en suspensión de pagos, después de aceptar tres billones de dólares en recortes durante la próxima década.
ASUNTO “POLÍTICO”
De acuerdo a Obama, la agencia evaluadora ha utilizado argumentos políticos para rebajar la credibilidad en la economía y la solidez financiera, lo que él considera injusto. “Recibimos esa rebaja... no porque [S&P] dude de nuestra capacidad de pagar nuestras deudas... sino porque duda de la capacidad de acción de nuestro sistema político”
“Esta fue primero una crisis financiera muy modesta, después mutó en crisis económica, más tarde fue crisis fiscal y ahora es crisis de divisas. Y esto no ha terminado...", ha dicho el polémico economista Nouriel Roubini. Aunque ha sido
¿Cómo afecta al mundo esta crisis y cómo afecta al país? El reconocido economista Juan Antonio Morales hace un análisis completo de la situación económica, explicando las consecuencias y el por qué de este contexto.
ENTENDER LA DEUDA
Deuda es una forma de financiamiento de la diferencia entre gastos e ingresos. Un hogar puede tener más gastos que ingresos, financiando esa diferencia con deuda. Igualmente sucede con las empresas y con el gobierno. Si el gobierno tiene déficit lo financiará normalmente contrayendo deuda. Si los déficits son recurrentes, cada año se irá acumulando más deuda y ésta crecerá como una bola de nieve. A las deudas contraídas hay que sumarle además la carga de los intereses. El deudor recibe dinero del acreedor y a cambio asume un compromviso de ineludible cumplimiento de devolverlo en los plazos, con los intereses y en los otros términos pactados.
La deuda de los gobiernos se documenta generalmente con bonos y letras (bonos y letras de Tesoro) que pueden ser negociadas en los mercados incluyendo las bolsas de valores.
A la deuda de los gobiernos, o más generalmente del sector público, se la llama deuda pública. Dependiendo de si los residentes en el país son los que le prestan al gobierno o si son residentes en el extranjero, se hablará de deuda pública interna y de deuda pública externa respectivamente.
La deuda externa no solamente es deuda externa pública, el sector privado nacional puede también deberle al extranjero.
La crisis reciente de la deuda de los Estados Unidos es una crisis de la deuda pública. El gobierno americano les debe tanto a los residentes en Estados Unidos como a los residentes de afuera. Entre los principales acreedores está el Banco de China, que ha adquirido una gran cantidad de bonos y letras del Tesoro americano.
La deuda pública, después de la última aprobación, es de 16.4 trillones americanos de dólares. Es decir 16.4 seguido de 12 ceros. Significa aproximadamente 107% del PIB. El trillón americano difiere de nuestro trillón que sería 10 seguido de 18 ceros. Para ponerlo en perspectiva, después de todos los perdonazos que hemos tenido, la deuda pública boliviana es de alrededor de 29% del PIB.
EL TECHO DE LA DEUDA
Solamente Estados Unidos y Dinamarca tienen un techo para su deuda pública, que es un límite superior para el endeudamiento del gobierno autorizado por el Congreso, sorprendentemente para programas ya aprobados por ese mismo Congreso.
El límite autorizado antes de principios de este mes era de 14.3 trillones. El acuerdo para aumentar el límite legal de endeudamiento del gobierno tiene dos partes:
a) Un aumento del techo de la deuda de 2.1 trillones de USD.
b) Una reducción del déficit fiscal, sobre un periodo de 10 años, de 2.5 trillones de USD.
El doctor Juan Antonio Morales explica la ironía de cómo la mayor economía del mundo también es la más endeudada. “Los Estados Unidos tienen una economía muy grande y diversificada, que puede generar muchos impuestos. Por otra parte el gobierno americano tiene una gran capacidad para cobrarlos. Esto hace que el gobierno no tenga dificultades en endeudarse cuando lo necesita porque el público, nacional o extranjero, confía en que se honrarán las deudas. De hecho, durante décadas se consideraba que las letras y bonos del Tesoro americano eran la inversión menos riesgosa que se podía hacer. Por eso se decía que esas letras y bonos eran la inversión preferida de las viudas y los huérfanos. Esta situación pudiese estar cambiando por el alto nivel de deuda al que se ha llegado.”
Gran parte de la deuda americana actual se ha originado de las rebajas de impuestos a los más altos ingresos de la era del presidente George Bush, en los gastos fiscales para socorrer al sector privado cuando estalló la crisis financiera de 2007-2009, y en los gastos militares de las guerras en Afganistán e Irak. Obama heredó los déficits y la deuda de Bush.
El dólar americano mantiene su fuerza por la confianza que tienen los mercados de que, aún siendo alta la deuda, el gobierno siempre la pagará.
Si el Congreso no aprobaba los nuevos límites de endeudamiento, el gobierno americano hubiese tenido que cortar bruscamente algunos gastos, con consecuencias sobre la parte real de la economía, con un riesgo de recesión, y se hubiese podido generar una crisis de confianza al no poder honrar todas las deudas ya existentes.
¿MOROSOS?
El término “cesación de pagos” quiere decir que el deudor no paga a vencimiento su deuda. El deudor puede declararse en cesación de pagos o entrar de facto en él. Términos muy cercanos a los de cesación de pagos son “moratoria” o la expresión que viene del inglés “default.” La cesación de pagos no implica que no se vaya nunca a pagar la deuda. Implica más bien una renegociación de las condiciones en que la deuda fue contraída originalmente, en términos de plazos o de tasas de interés o, más raramente, de reducciones (o “quitas” como solían decir nuestros vecinos argentinos) del monto de la deuda. Las cesaciones de pago desprestigian enormemente a los deudores y dificultan su acceso a nuevos créditos. Una cesación de pagos sería impensable para los Estados Unidos y para los países del centro de la Zona Euro (más no para los de la periferia).
La calificaciones de la agencias calificadoras de riesgos responden justamente a las evaluaciones que hacen de que el deudor podrá cumplir oportunamente con sus compromisos de pago de sus deudas. Triple A (AAA) es la mejor calificación de riesgo, es decir es la calificación de la inversión más segura.
¿Cómo afecta la deuda de Estados Unidos en el común de la población? “Si en los mercados aumenta la percepción de riesgo de los bonos y letras del Tesoro americano o de que la economía se está enfangando en una recesión, la tasa de interés, que incorpora una expectativa de esos riesgos, podría subir. Si se produce una subida de las tasas de interés americanas, desde los niveles sumamente bajos en los que están ahora, se producirá también una subida de tasas de interés en los países que tienen un sistema de tipo de cambio fijo, como es el caso de nuestro país. Nuestro sistema cambiario es básicamente de tipo de cambio fijo, aún si esporádicamente se lo reajusta hacia arriba o hacia abajo.”
PROYECCIONES
Juan Antonio Morales dice que es difícil efectuar una proyección de cuánto tiempo le tomará a Estados Unidos estabilizarse. En su criterio, esto dependerá de lo que vaya a pasar con la tasa real de interés (es decir la tasa de interés menos la tasa de inflación), con la tasa de crecimiento de la economía americana y con la capacidad del gobierno de generar superávit fiscales aumentando impuestos o recortando gastos.
Respecto a Bolivia, este endeudamiento norteamericano puede originar una crisis de confianza en los mercados financieros que afecte a: 1) El valor del dólar con relación a otras monedas. 2) A los precios de las materias primas, haciéndolos bajar, lo que ya ha estado sucediendo. 3) A las tasas de interés y, más generalmente, a las condiciones de acceso a los créditos. Las consecuencias más fuertes para Bolivia vendrían de los efectos 1) y 2), especialmente el efecto 2).
Es muy importante que Estados Unidos retome su crecimiento económico. El crecimiento de la economía americana, según muchos analistas y los datos lo muestran, ha sido anémico desde el 2007. El gobierno americano tendrá que tener cuidado en que sus medidas para controlar el déficit fiscal no afecten a la actividad y al crecimiento económico. Aunque no hay mucho espacio fiscal, nuevos impuestos que graven a los ingresos y a la riqueza de los más pudientes, como lo propuso el presidente Obama, permitirían el control del déficit fiscal a la vez que preservarían el crecimiento.
Morales no considera que EEUU pueda perder su sitial de primera potencia del mundo por dos razones. “Primero, porque EE.UU sigue teniendo una gran ventaja tecnológica, basada en una estrecha vinculación entre sus empresas, sus centros de investigación y sus universidades. Segundo, por la gran flexibilidad y capacidad de adaptación del aparato productivo americano a circunstancias cambiantes.” (Con datos de CNN y
El País).
Los 114.5 trillones de dólares, en forma de súper rascacielo, son el monto de dinero que el gobierno norteamericano no tiene para financiar la asistencia sanitaria, la seguridad social, pensiones militares y de funcionarios civiles. Es la cantidad de dinero que EE.UU. sabe que no tiene para pagar todas sus deudas. (Fuente: www.USdebtclock.org)
Análisis
George gray (*)
¿Qué diferencias tiene la actual crisis con respecto a la de 2008/9? ¿Y, cuales son las consecuencias para la economía boliviana? Creo que dos diferencias serán relevantes.
Primero, que la crisis actual no nace de una crisis de deuda de consumo (de prestamistas y de bancos) sino de una crisis de deuda soberana (de países). Con tasas de interés cercanas a cero en EEUU y la Eurozona, y ninguna holgura fiscal, se agotaron las medidas de política monetaria y fiscal tradicionales. Como dice el economista Nouriel Roubini, “no quedan conejos en el sombrero”. Los analistas prevén que el Fedamericano (no se entiende el término “Fedamericano”, creo hace referencia a “FED” (Federal Reserve, el equivalente al Banco Central) “imprimirá billetes” vía QE3 (sugiero insertar aclaración del término QE proviene del inglés quantitative easing que en traducción significa Flexibilización Cuantitativa o Distención Cuantitativa más conocida como esta última, y este es un instrumento de la política monetaria que en pocas palabras hace referencia a imprimir mas monedas y billetes e insertarlos en la economía, el número 3 significa que lo harían por tercera vez. : se devaluará el dólar, que, en nuestro caso, se traducirá en una apreciación del boliviano.
Segundo, a diferencia del 2008/9, se vislumbra una caída en los precios de commodities, particularmente el petróleo, que de un pico de $112 el barril en mayo, llegó esta semana a $79 el barril, con tendencia incierta. La caída no ocurre por problemas en el sector real, sino por la desesperada búsqueda de inversiones seguras –ante la recalificación de bonos del tesoro americano. Dada la alta dependencia del crecimiento boliviano del precio de commodities, se prevé una reducción significativa de recursos fiscales, una eventual pérdida de reservas del Banco Central y una gradual desaceleración de la economía.
De manera paradójica, hasta la semana pasada, la política económica boliviana respondía a un exceso de liquidez y no a la posibilidad de una desaceleración económica. El tema subyacente, que es la excesiva dependencia boliviana de dos o tres materias primas, volverá para mordernos la cola.
(*) George Gray es Phd en economía, es docente, ha sido director ejecutivo de UDAPE, coordinador del Informe sobre Desarrollo Humano de Bolivia y recientemente ha sido nombrado por la Academia Boliviana de Ciencias Económicas como Académico de Número.
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