Haciendo una breve retrospectiva, la economía boliviana atravesó por tres shocks en términos de intercambio: uno negativo desde 1985 a 2001, otro positivo hasta 2012 y el reciente, adverso hasta el presente.
Por el contrario, a América Latina, que hasta inicios de 2000 había mostrado un comportamiento de sus términos de intercambio con pequeñas fluctuaciones que le hicieron abandonar el pensamiento de Prebish sobre su deterioro, preocupándose más de los choques financieros, en 2002 le tocó el superciclo de los commodities.
Y desde 2012 la región sufre los efectos del shock externo que se acentuó en 2015 con una caída del 8,7% en su relación de intercambio, mientras que en el caso de Bolivia dicho deterioro fue de 18,9%.
Por tres años consecutivos cayeron las exportaciones de América Latina, siendo el desplome de 14% en 2015 la mayor contracción desde la crisis financiera internacional. En Bolivia, recién en 2015, con el colapso de las exportaciones de gas natural (37,3%), se registró el descenso de sus exportaciones (32,2%), cifra menor a la de Venezuela y similar a las caídas de las exportaciones de Colombia y Ecuador, los cuatro países exportadores de combustibles en América del Sur.
La caída de las exportaciones fue generalizada en todos los sectores, como se observa en el gráfico; la más pronunciada se dio en el sector combustibles (-39,6%) y la menor, en el sector de manufacturas (-14,7%).
Las fortalezas de la economía se reflejan en términos del nivel adecuado de las Reservas Internacionales (RIN), donde Bolivia cumple cómodamente con los criterios requeridos: los meses de importación; 14 meses versus tres meses, el criterio de que deben cubrir el 100% de deuda de corto plazo porque ésta es poco significativa y, por último, el criterio del nivel adecuado de RIN, que el FMI estima entre 14% al 20% del PIB, al estar en 2015 en 38% del PIB.
Respecto a la sustentabilidad de la deuda externa, según el FMI (2015): "Bolivia muestra bajo riesgo de incumplimiento de deuda para el total y la deuda externa en su análisis de sustentabilidad de la deuda”.
Sin embargo, dada la intensidad del shock externo y su incierta persistencia es importante la toma de decisiones en materia de medidas de política económica anti-shock, pues es la economía de la región con la más alta dependencia de las exportaciones de commodities (30% del PIB).
Los efectos adversos ya recibidos muestran que cualquier blindaje está en función del tipo y tamaño del shock, y que ningún país es inmune a los efectos directos y de contagio de las perturbaciones de la economía mundial.
Diferente es que existan economías mejor preparadas o que cuenten con fortalezas o mecanismos amortiguadores para enfrentar las crisis externas y, en especial, en mostrar mayor resilencia, que consiste en la capacidad de adaptarse a situaciones adversas y saber enfrentarlas.
Se presentan tres escenarios; el primero, de inercia o continuación de la política económica, especialmente fiscal; el segundo, un escenario de ajuste tipo FMI y un tercer escenario alternativo.
En los dos primeros escenarios lo peor sería que después de la mala suerte, que implica un shock externo adverso, se responda con políticas erróneas que agravarían sus efectos iniciales. Por eso se postula un tercer escenario, consistente en preservar y no contraer el gasto fiscal, blindar la inversión pública de los altibajos de la actividad económica, pero realizar simultáneamente una reingeniería de la inversión pública y reestructurar las empresas públicas en función de aumentar su productividad y eficiencia.
Un examen más detallado de las medidas correctivas concretas que se podrían aplicar, especialmente de política cambiaria, para atenuar sus impactos, preservar la estabilidad macroeconómica y continuar en la senda del crecimiento económico, así como las implicaciones del shock en el sector externo, fiscal y real de la economía boliviana y, por último, todo lo que usted quería saber sobre el shock y no se atrevió a preguntar las podrá encontrar en el libro Bolivia. El Shock Externo: efectos y medidas antishock, que será presentado en ambientes del Auditorium (Fernando Guachalla 421, casi esquina 20 de Octubre, Sopocachi), el jueves 14 de abril, a las 19:00.
El acto contará con los comentarios especializados de los doctores Juan Antonio Morales y Horst Grebe.
* El autor es economista y expresidente del Banco Central de Bolivia.
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