La disminución de ahorros en el sistema financiero es una señal de la desaceleración económica y es a la que está ingresando actualmente el país, debido a la desfavorable coyuntura internacional, producida por los precios bajos de los comoditties. También está influyendo el déficit comercial y el aumento de la mora en la banca, según explicaron a EL DIARIO los expertos en economía Ernesto Bernal y Dario Monasterio, por separado.
La bonanza económica que vivió el país por los precios altos de las materias primas en el mercado internacional ha terminado. La gente destinó recursos al ahorro en época de abundancia, pero ahora la situación cambió.
La gente tiene menos confianza, ya que los recursos por la venta del gas natural, así como de los minerales casi en general, han disminuido el ingreso nacional, debido a la baja cotización de los comoditties en el mercado internacional. A esta situación se suma a que las familias bolivianas han optado por apelar a sus ahorros para solventar los gastos diarios, reflexiona Bernal.
De acuerdo a la página web de la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero, los ahorros disminuyeron de diciembre de 2015 a febrero de 2016, en aproximadamente 4.000 millones de bolivianos.
Bernal señala que la cifra de crecimiento de la economía nacional para este año establecida por el Gobierno, de 5 por ciento, quedó en duda por los organismos internacionales, que bajan la misma a 3,8 y 4,5 por ciento.
Las cifras económicas muestran, entonces, que Bolivia ingresó a una etapa de desaceleración, aunque el Gobierno, en reiteradas oportunidades, señaló que el crecimiento será de 5 por ciento, debido al dinamismo del mercado interno y a la inversión pública que se está inyectando.
Pese a ello, en opinión de Bernal el panorama es de todos modos adverso por las repercusiones de la crisis internacional, lo que, desde su perspectiva, influirá más a algunos sectores que a otros.
SEÑALES NEGATIVAS
Por su parte, Monasterio señaló que los indicadores del sistema financiero reflejan la situación económica del país. Al ser examinados dan señales efectivas de que el país ingresó a un proceso de desaceleración, que viene desde 2014, por lo que en 2015 mantuvo una tendencia a la baja, a raíz de lo cual el crecimiento llegó a 4,8 por ciento, cuando oficialmente se previó que sería superior al 5%.
Explicó que, consiguientemente, las señales negativas vienen de 2015, cuando registró el sistema bancario un incremento de la mora bancaria. Pese a que no es alto, de todas maneras es un indicador importante. A esto cabe sumar que después de muchos años el país registró un déficit comercial, dato que muestra claramente que se ingresó a la desaceleración económica.
INFORMALIZACIÓN
A eso hay añadir que la informalización se incrementó, debido a las presiones tributarias y a los altos costos laborales. Una muestra de ello es la disminución de empresas registradas en Fundempresa, que de 2014 a 2015 salieron del sistema 40.000 empresas, señala Monasterio. Las empresas no soportaron los costos laborales excesivos, apunta.
Además, el panorama adverso de los datos de ahorro y del número de prestatarios son señales que reflejan un alto en el tema de la bancarización, ya que se están reduciendo las cuentas de depósitos y de ahorros.
La reducción de prestamistas muestra, asimismo, el desinterés de iniciar nuevos emprendimientos, debido a la situación incierta del país, señaló Bernal.
A eso se suma que hay temor en la gente de una posible devaluación, aunque el Gobierno, en reiteradas oportunidades, aseguró de continuar con un tipo de cambio fijo. Sin embargo, la gente toma sus recaudos precautorios, de todos modos, señala el economista y experto en temas de Comercio Exterior.
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