10 diciembre 2012

Sistemas de riego en el mundo se enfrentan a cuatro amenazas



La falta de recursos hídricos, la desertificación y acumulación de sales, el cambio climático y la contaminación son las principales amenazas y problemas que enfrentan los sistemas de riego en el mundo, concluyó el experto japonés Yoshiaki Otsubo.

Es doctor en agricultura y experto en riego llegó al país como parte de la cooperación japonesa en temas de riego y trabajará como asesor en el Viceministerio de Recursos Hídricos y Riego.

La seguridad alimentaria es el principal problema que enfrenta el mundo, advirtió Otsubo. Los pronósticos sobre una situación crítica en la oferta de alimentos se sustentan en causas referidas principalmente al crecimiento de la población mundial y la degradación de la producción agrícola (la tierra agrícola se vuelve improductiva) en países en vías de desarrollo.

Actualmente la población mundial llega a 6.300 millones de habitantes y para 2030 se proyecta que llegará a 8.600 millones. Este contexto realza la demanda de desarrollo de sistemas de riego que a nivel global enfrenta los problemas citados.

El experto japonés explicó que el primer problema corresponde a la falta de recursos hídricos, cuya demanda crece a paso firme en el mundo por el incremento en la población, cambio en el estilo de vida y desarrollo de las actividades productivas (principalmente agrícolas). “Se pronostica que para 2025, la demanda por los recursos hídricos aumentará un 40%. Sin embargo, la disponibilidad depende en gran medida del entorno ambiental, por lo que se prevé el surgimiento de regiones donde la oferta no alcanzará a la demanda”, advirtió el especialista.

En segundo lugar, se debe prevenir la desertificación y acumulación de sales (el suelo fértil y productivo pierde total o parcialmente el potencial de producción y las sales que se acumulan impide que las plantas puedan absorber el agua del suelo y, por tanto, frenan su crecimiento). Si bien se debe incrementar la superficie cultivada y mejorar la productividad de la tierra para asegurar la provisión de alimentos, éstas se enfrentan a los terrenos secos que ocupan el 40% de la superficie terrestre y a la desertificación causada por la deforestación y producción agrícola indiscriminada que provocaron del 10% al 20% de las zonas secas (1.035.200.000 hectáreas) en el planeta.

“El desarrollo erróneo del riego es parte de la agricultura indiscriminada y puede provocar la degradación del suelo por acumulación de sales”, advirtió. Este problema se presentó a grandes escalas en el noroeste de China, Asia Central, Medio Oriente hasta Pakistán, África, Suroeste de Estados Unidos y parte de Sudamérica. Fueron impactadas un total de 76 millones de hectáreas con acumulación de sales.

La tercera amenaza está relacionada al cambio climático y al calentamiento global que afectan la disponibilidad de recursos hídricos en todas las regiones.

Indicó que específicamente las precipitaciones en zonas tropicales y alejadas de la Línea del Ecuador se incrementarían de 10% a 40% y en zonas secas y moderadamente alejadas de este punto de referencia se reducirían entre el 10% y 30%. “Esto afectaría al riego y provocaría la reducción de eficiencia por las altas tasas de evaporación, modificación en las temporadas de uso, reducción de agua, daños por precipitaciones intensas. La pérdida de sistemas de riego puede conducir al abandono de suelos apropiados para el cultivo”, alertó Otsubo.

La cuarta amenaza es la contaminación. Según el Programa de las Naciones Unidas más de la mitad de los principales ríos del mundo tienen algún tipo de contaminación que compromete la salud y vida de la población que utiliza esa agua para su consumo, producción agrícola e industrial.

Bolivia aumenta proyectos de riego

“Se considera que el ingreso de las familias beneficiadas por proyectos de riego se incrementó en más de 230% en Bolivia en los últimos cinco años”, informó el experto japonés en riego Yoshiaki Otsubo, quien llegó al país para asesorar al Gobierno en los sistemas de riego. Recordó que en 2004 se promulgó la Ley de Riego y en 2007 se formuló el Plan Nacional de Desarrollo del Riego.

Con este respaldo legal, el Ministerio de Medio Ambiente y Agua (MMAyA) desarrolla el marco normativo e institucional como la creación del Servicio Nacional de Riego (Senari) y los Servicios Departamentales de Riego (Sederis) con el objetivo de impulsar el desarrollo de los sistemas de riego en el país. Destacó que la inversión pública para el periodo 2011-2012 llegó a $us 44 millones a través de la ejecución de proyectos del programa Miagua.

“Como resultado, la superficie regada en 2000 se incrementó a 226.564 hectáreas y ocho años después subió a 273.619 hectáreas. El año pasado se registró riego para 298.224 hectáreas”, detalló.

La expectativa de los productores hacia los proyectos de riego es alta; en Bolivia tiene un alto potencial de desarrollo, expresó.

JICA invirtió en mejora de canales

La Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA) concluyó proyectos de riego en Cochabamba, La Paz y Oruro con una inversión de $us 12 millones, informó el director y representante de esta institución en Bolivia, Hideyuki Maruoka.

Precisó que en Cochabamba realizaron el mejoramiento de la infraestructura del canal del sistema de riego de La Angostura para evitar fugas de agua y llegar a más terrenos.

El costo de este proyecto alcanzó a $us 8 millones, precisó.

Otro proyecto ejecutado se denomina “Promoción al Desarrollo Rural en el Altiplano Central” (Suma Uma), que involucra a municipios de La Paz y Oruro.

Los gobiernos municipales participantes fueron Patacamaya, Umala, San Pedro de Curahuara, Chacarilla, Santiago de Callapa, Charaña, Calacoto, Curahuara de Carangas, Totora y Turco, según el informe de JICA.

Maruoka señaló que el objetivo fue mejorar la productividad agropecuaria del altiplano central de ambos departamentos mediante la ejecución de agricultura bajo riego.

Este proyecto llegó a costar $us 4 millones. Ambos proyectos ejecutados suman $us 12 millones en inversión.

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