En el Presupuesto General del Estado (PGE 2014) para cubrir el pago de los bonos de la Renta Dignidad, Juancito Pinto y Juana Azurduy de Padilla, el Gobierno prevé destinar Bs 163 millones más respecto al 2013 y así llegar a 3.158.963 personas, 112.614 beneficiarios más respecto a esta gestión.
Según los expertos consultados, esta inyección de dinero en el mercado interno no hará otra cosa que presionar a la inflación, una variable delicada que el Gobierno busca controlar para que no se dispare.
Germán Molina, de la Fundación Milenio, explicó que destinar más dinero para estos bonos es una tendencia que el Gobierno viene repitiendo hace varios años con un objetivo social de alcance inmediato.
Molina remarcó que los Bs 3.195 millones (en 2013 fue de Bs 3.032) que se lo dividen entre la Renta Dignidad, Bs 2.624,9 millones (un 3,6% más que este año), Juancito Pinto, Bs 412,2 millones (4,5% más) y Juana Azurduy de Padilla, Bs 158 millones (49,6% más), en un importante porcentaje serán destinados a la compra de alimentos generando una mayor demanda en un sector productivo que, a su criterio, no demostró tener la capacidad de garantizar un 100% la oferta de los mismos.
Según Molina, hay estudios que demuestran que los sectores más desfavorecidos, donde va justamente este dinero, lo primero que adquieren son alimentos y no los ahorran o invierten en otras actividades.
Similar criterio tuvo Víctor Hugo Figueroa, expresidente del Colegio de Economistas de Bolivia, que sostuvo que con estos bonos no se hace otra cosa que aumentar la demanda agregada con más circulante que permite un mayor consumo de bienes y de alimentos, algo que, en su opinión, impactará de manera negativa en el Índice de Precios al Consumidor (IPC).
Figueroa indicó que en el tema del control de circulante hay una contradicción, pues desde el Banco Central de Bolivia (BCB) se realizan distintas operaciones para ‘secar’ la cantidad de dinero que hay en el mercado interno, pero a su vez el Gobierno aumenta el gasto corriente y destina más dinero para los bonos generando más circulante.
Al 8 de noviembre, según el reporte del BCB, el dinero en circulación en el país era de Bs 33.480 millones.
Para el Colegio de Economistas de Bolivia la discrepancia entre política fiscal y política monetaria provoca un desequilibrio que repercutirá en el tema inflacionario.
Recursos de los bonos
Sobre el colchón financiero en el que descansan estos tres bonos, Figueroa dijo que es inestable y poco seguro, dado que el dinero que los apalanca es producto de las exportaciones de gas y de los buenos precios internacionales, pero que son fluctuantes.
Figueroa puntualizó que la mejor fuente de ingresos para seguir manteniendo estos bonos y que sean sostenibles en el tiempo son el cobro de impuestos a los cooperativistas mineros, a los cocaleros y a los gremialistas
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