27 enero 2014

Bitcoin, la moneda virtual que quiere revolucionar la economía

FINANZAS | UNA MONEDA VIRTUAL, CON PRECIO FLUCTUANTE, HA SIDO DESARROLLADA PARA REEMPLAZAR EL DINERO TRADICIONAL.

El Bitcoin es una moneda, como el euro o el dólar, pero que no depende de ninguna institución financiera y que se usa por Internet sobre todo. Ha sido creada en 2008 y todavía se está estabilizando, pero ha entrado ya al mercado financiero como parte del sofisticado mundo de las monedas virtuales.

En un reciente informe del economista jefe del banco suizo UBS, Paul Donovan, uno de los más importantes en su área, se hace un análisis del valor de estas, desde el punto de vista económico y financiero, especialmente el Bitcoin, la más popular.

Esta moneda, utilizada sobre todo en Internet, es una moneda electrónica (o criptodivisa) descentralizada concebida en 2008 por una persona (o grupo de personas) que bajo el seudónimo "Satoshi Nakamoto" publicó un libro blanco, mismo que propone un sistema de transacciones electrónicas que no depende de la confianza, sino que permite realizar transferencias de forma directa sin la necesidad de un intermediario. El término se aplica también al protocolo diseñado por el mismo autor y a la red P2P que lo sustenta.

Al contrario de la mayoría de las monedas, el bitcóin no está respaldado por ningún gobierno ni depende de la confianza en ningún emisor central, sino que utiliza un sistema de prueba de trabajo para impedir el doble gasto y alcanzar el consenso entre todos los nodos que integran la red. Es un proyecto relativamente nuevo que se encuentra en evolución. Por esta razón, sus desarrolladores recomiendan ser cautos y tratarlo como software experimental, esto es lo que se explica en resumen en el popular Wikipedia, pero hablando sencillamente: ¿será en unos años una opción que reemplace a la tradicional?

¿QUIÉN LA CONTROLA?

Una de las cuestiones esenciales a la hora de analizar un mercado es su precio. Después del crecimiento en un 8.750% en once meses, en este momento ha caído un 30% desde el máximo en 1.200 dólares, aunque en días pasados el precio superó de nuevo los 1.000 dólares. En este contexto, Bitcoin no ha sido la única moneda virtual que se ha desarrollado en los últimos años. Por ejemplo, varios juegos de ordenador han creado sus propias monedas, bien mediante la creación ex novo o bien mediante un sistema de cambios con moneda real.

Como en todo mercado, el precio se obtiene por la concurrencia entre oferta y demanda. En el caso de una moneda virtual, la oferta depende del mantenimiento en el tiempo de las plataformas cibernéticas emisoras de ella. Si en algún momento, uno o varios emisores desaparecen, el valor de las monedas emitidas se iría a cero. Esto podría pasar también en el mundo real (la quiebra de un Estado o de un Banco Central). Sin embargo, la probabilidad de quiebra de un Estado o Banco Central es sustancialmente menor que una plataforma de internet, según el economista Donovan.

Al no estar emitidas ni respaldadas por un Estado o un Banco Central, no cuentan con los esquemas de protección habituales como seguros de responsabilidad civil, fraude o robo. En este campo, el riesgo de fraude o robo es similar tanto con una moneda virtual como con una moneda de curso legal. En el caso de Bitcoin, es su propio protocolo el que regula la emisión de las monedas.

¿ES DINERO?

Paul Donovan considera que cualquier bien que se utiliza como “medio de pago” puede definirse de alguna forma como dinero. Sin embargo, este extremo no está sustentado en la Teoría Económica. Para que un bien sea considerado dinero debe ser propiamente un bien y una institución, con una serie de propiedades fundamentales: unidad de cuenta, medio de pago y depósito de valor. La función de medio de pago es plenamente satisfactoria. Sin embargo, las funciones de unidad de cuenta y depósito de valor son muy complicadas de definir en este campo.

Su importancia se mide por el valor de un medio de pago que se toma de la disposición de un tercero para aceptarlo como contrapartida válida en una transacción.

En el caso del dinero de curso legal, la contrapartida siempre acepta el medio de pago ya que existe una imposición legal de aceptación. En el caso de una moneda virtual, existe un riesgo de contrapartida muy apreciable que dificulta su extensión y fiabilidad.

La importancia de una moneda virtual también puede interpretarse en términos de reacción. La sociedad, consciente de la manipulación del dinero fíat, opta por desarrollar otros instrumentos en los que escape a esta situación.

LAS MONEDAS VIRTUALES Y EL ORO

“En cierta medida, el oro fue la primera moneda virtual al menos después de 1971 cuando la unión débil entre las monedas de curso legal y el oro se rompió”. La interpretación de Donovan se justifica asegurando que las monedas virtuales cumplen un papel ciertamente parecido con respecto al oro, ya que no están reconocidas como monedas pero existen ciertos mercados en los que se comercian como si lo fueran.

A pesar de esta conclusión ciertamente atractiva, no se debe perder de vista las dos características esenciales que separan mediante un abismo al oro de las monedas virtuales: el oro ha sido aceptado como dinero casi desde el principio de los tiempos y es un activo real con propiedades más allá de las de medio de pago. El Bitcoin todavía no.

LA EXPERIENCIA

Lucas Viano, periodista de lavoz.com.ar, explica la experiencia de sus conciudadanos en la Argentina. “Inflación, cepo al dólar y un magnetismo por las innovaciones tecnológicas son el caldo de cultivo para que los argentinos se rindan a los pies de la bitcoin, la moneda digital que es sensación en el mundo. A fines de noviembre de 2013 trepó a los 1.137 dólares. Un año antes se conseguía por 13 dólares. Ahora fluctúa cerca de los 900 dólares.

Según la Fundación Bitcoin Argentina, hay unos cinco mil argentinos que operan con esta divisa virtual. Algunos son cordobeses. “En 2012 una revista para ingenieros electrónicos publicó una nota sobre la bitcoin. Así me enganché. La uso para hacer donaciones a proyectos de software libre. También realicé transacciones. En un momento era el único en Córdoba”, cuenta Tomás Sironi, estudiante de telecomunicaciones.

En el sitio mercadobitcoin.com se pueden consultar los comercios argentinos que aceptan bitcoin. La mayoría son de Buenos Aires. Unos pocos son de Córdoba: los hoteles Garden y Azur Real, el negocio de productos naturales mercaditonatural.com.ar y la empresa de diseño web WebStudios.

Nicolás Scarfia, dueño de esta última empresa, asegura que en Argentina el cepo al dólar y la inflación están motorizando a la bitcoin. Es el creador de la página web conbitcoin.com, un portal de avisos clasificados para comprar y vender productos con esta moneda.

“El sitio tiene un poco más de un año. Ahora hay más de mil avisos. La mitad son argentinos y de esos, un cuarto son de Córdoba”, detalla. “En mi caso la usé para comprar el hosting de un sitio en Internet”, comenta Javier (su nombre no es el verdadero), quien también realiza operaciones con bitcoin.

Como Tomás, son una suerte de “arbolitos”, compran y venden bitcoin. Los principales clientes son inversores y extranjeros que usan la moneda digital para trasladar divisas de un país a otro sin pagar impuestos ni rendir cuentas.

Javier prefiere ocultar su identidad porque la bitcoin está en una nebulosa legal en el país. No hay legislación ni el gobierno ha dado su opinión sobre el tema. Por lo tanto, puede asociarse con negocios ilícitos o dinero negro.

Martín, arquitecto y empresario, recibe bitcoin por la venta de un lote con el objetivo de “diversificar activos”. Ha tenido ofertas muy bajas. “Es una alternativa al dólar y un desafío que estamos experimentando, alentados por los buenos rendimientos de la bitcoin”, asegura. Pide 40 bitcoin por un lote de 485 metros cuadrados en Santa Rosa de Calamuchita. “Ideal para créditos Procrear”, dice el aviso clasificado.

En tanto, Agustín es dueño de la tienda de productos naturales www.mercaditonatural.com.ar que también recibe la moneda digital.

“Al recibir bitcoin estoy apoyando un movimiento que cuestiona los sistemas y costumbres imperantes y busca redefinirlas por otras que contemplen el valor de la colaboración en lugar del de la competencia”, dice.

Los clientes de Agustín pueden comprar aceitunas, semillas, miel, té, arroz y hasta champú y pagarlo con bitcoin. “La bitcoin mantiene muchos de los errores de la vieja economía. Sin embargo, es un buen primer paso para abrirle camino a este tipo de discusiones sobre cómo queremos construir nuestra economía entre pares”, sostiene Agustín.

El riesgo de la bitcoin está sostenido por lo mismo que le da seguridad: no hay una organización que la controle. No tiene una presencia física, por lo que no se puede robar aunque hay un riesgo a que la red sea hackeada.

Sin embargo, Tomás asegura que se necesita mucho poder computacional para lograr eso. “Hoy por hoy se puede hacer una transacción a cualquier parte del mundo y nadie puede impedirlo. La operación es persona a persona. Es un gran experimento económico”, dice.

En tanto, Javier agrega: “Su futuro va a depender del apoyo de la gente que lo demande. Otra gran barrera que debe pasar es lograr inversores institucionales y apoyo de los estados”.

DOS CASOS EXTREMOS

Distintos destinos. Por “culpa” de la bitcoin, un hombre compró un departamento por 22 dólares, pero otro hubiera tenido que pagar nueve millones por dos pizzas.

En 2009, el noruego Kristoffer Koch compró cinco bitcoins por 22 dólares. El tiempo pasó y se olvidó de que tenía esa inversión. Luego se enteró de que el valor de la moneda digital había aumentado considerablemente. Tenía 850 mil dólares pero se había olvidado de la contraseña de su billetera virtual. Cuando la recordó, invirtió todos sus bitcoins en un departamento en el centro de Oslo. A Laszlo Hanyecz le pasó todo lo contrario. En 2010 pagó 10 mil bitcoin por dos pizzas. En aquel momento ese monto de la moneda digital equivalía a 30 dólares. Pero al precio actual de la bitcoin, Hanyecz habría pagado por las pizzas unos nueve millones de dólares.

(Con datos de Oroyfinanzas.com, Wikipedia, quesbitcoin.com, lavoz.com.ar BBC)



BITCOIN, EN SENCILLO

El Bitcoin es una moneda, como el euro o el dólar estadounidense, que sirve para intercambiar bienes y servicios. Sin embargo, a diferencia de otras monedas, Bitcoin es una divisa electrónica que presenta novedosas características y destaca por su eficiencia, seguridad y facilidad de intercambio.

Estas son algunas de estas características:

• No pertenece a ningún Estado o país y puede usarse en todo el mundo por igual.

• Está descentralizada: no es controlada por ningún Estado, banco, institución financiera o empresa.

• Es imposible su falsificación o duplicación gracias a un sofisticado sistema criptográfico.

• No hay intermediarios: Las transacciones se hacen directamente de persona a persona.

• Las transacciones son irreversibles.

• Puede cambiar bitcoins a euros u otras divisas y viceversa, como cualquier moneda.



ORÍGENES

Satoshi Nakamoto es el seudónimo de la persona o el grupo de personas que diseñaron el protocolo Bitcoin en 2008, y que crearon la red en 2009. En una conferencia de criptógrafos se apuntaron los nombres de Michael Clear y Vili Lehdonvirt, pero ambos rechazaron ser Nakamoto. En abril de 2011, Nakamoto anunció su desvinculación del proyecto para dedicarse a otras labores. (Wikipedia)

• No es necesario revelar su identidad al hacer negocios y preserva su privacidad.

• El dinero le pertenece al 100%; no puede ser intervenido por nadie

ni las cuentas pueden ser congeladas.


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