Hay un nuevo régimen de tasas de interés para depósitos en cajas de ahorros, a plazo fijo y créditos al sector productivo que impacta, no solo la rentabilidad y las posibilidades de crecimiento patrimonial de 51 entidades financieras en Bolivia, sino también limita sus planes de inversión a corto y mediano plazo. Así coincidieron cinco expertos del sector y representantes de las instituciones.
Esta norma (decreto supremo 2055 aprobado el 9 de julio) fija un ‘techo máximo’ para las tasas de interés de un 6% para las unidades productivas grandes y medianas, un 7% para las pequeñas y un 11,5% para los microcréditos, incluido el turismo.
Según datos del Banco Central de Bolivia (BCB), a julio de este año las tasas activas de referencia para microcréditos en moneda nacional de nueve bancos, ocho mutuales, 26 cooperativas y ocho entidades especializadas en microfinanzas, superaban el 12,7% y, en el caso de una entidad de esta última categoría, alcanzaba un 23,8%.
Nelson Villalobos, secretario ejecutivo de la Asociación de Bancos Privados de Bolivia (Asoban), confirmó que todas las entidades bancarias ya están aplicando estas tasas activas. Dijo que los efectos de esta regulación se observarán a corto y mediano plazo y, recién en ese lapso, se verá en qué medida la rentabilidad lograda en el sector es sostenible.
Agregó que, de inicio, las entidades financieras pequeñas sentirán más rápido los efectos de la regulación ya que para captar recursos ofrecían altas tasas de interés. El ejecutivo aseguró además que la aplicación de esta norma significa un enorme desafío para las entidades toda vez que ‘los márgenes financieros son cada vez más estrechos’. Afirmó que, sin duda, las nuevas tasas afectarán el desempeño del sector y su capacidad para acompañar el crecimiento de la economía.
Para el expresidente del BCB Armando Méndez las nuevas tasas son insostenibles y descapitalizarán a las entidades pequeñas que tienen altos costos operativos y de financiamiento.
“Son tasas irreales que no responden a la realidad del sistema financiero boliviano. Es una medida populista que tiende a homogeneizar a las entidades”, aseveró el experto.
Efecto en banca pyme
Para el economista y MBA Marco Michel, solo cinco de los 51 establecimientos financieros en el país (un 10%) podrán sortear sin mayores dificultades la nueva ‘banda cruzada de precios/ costo’ que busca favorecer al cliente en desmedro de quienes administran el restante 90%.
Precisó que la banca a gran escala, ya coloca créditos a bajas tasas y para sostener los nuevos porcentajes tiene dos vías de escape: apostar a un alto volumen de colocaciones para compensar un menor margen (spread) financiero y obtener líneas de financiamiento desde el exterior a bajo costo que le permitan esquivar el encaje legal, una medida que le significa un costo implícito por su inmovilización como depósito de reserva en el BCB.
Por el contrario, los establecimientos financieros de mediana y pequeña escala afrontarán dificultades al aplicarla. Por ejemplo, la cantidad de la demanda potencial de créditos que tengan será mayor a la cantidad de oferta efectivamente otorgada; además, a menor tasa para dar créditos y a mayor tasa para depósitos devendrá un menor ‘spread’ financiero, y a menor margen de este, la entidad tendrá menor disposición de incrementar su oferta de créditos.
“Al establecerse tasas mínimas para depósitos, se incrementará la TRe (Tasa de Referencia) para fijar las tasas, y por ende se encarecerá el crédito para los sectores de servicios y comercio y, en vez de incentivar a estos dos sectores que generan mayor empleo, se los castiga como subvencionadores del sector productivo”, aseguró Michel.
Por su parte Jaime Dunn, consultor financiero y representante registrado de la Bolsa de Nueva York, aseveró que es notorio el ajuste rápido de los bancos a la nueva regulación, pero se nota que la adaptación es ‘menos rápida’ para el microcrédito donde el ajuste, en promedio, oscila entre un 15% y 17%.
Dunn aseveró que es previsible que las utilidades del sistema financiero vayan a disminuir, que puede haber efecto negativo en los ingresos financieros; sin embargo, destacó el alto volumen que existe, por ejemplo, en la otorgación de préstamos en viviendas de interés social que, en seis meses, superó los $us 800 millones.
“Es todavía temprano tener una figura clara de los impactos que la fijación de tasas tendrá en la economía (...) Pero desde el punto de vista de los bancos, la fijación de tasas no coordinada ni planificada puede tener severos efectos de descapitalización progresiva”, acotó.
El economista Teófilo Caballero fue claro: “El sistema financiero tuvo una rentabilidad bastante considerable en 2013, pese al incremento de sus cargas tributarias por la alícuota adicional al IUE del 12,5% y el impuesto a la venta de moneda extranjera”, enfatizó.
Advirtió que si el sistema financiero mantiene los mismos criterios y condiciones para acceder a créditos sin debilitar el tema de las garantías personales e hipotecarias, el sistema se verá afectado por una pérdida de institucionalidad, debido a la creación de condiciones para que el cliente propague más sus derechos que sus obligaciones.
Desde el Banco Unión aseguraron que tras la promulgación de la norma cambiaron sus porcentajes. Dijeron que actualmente tienen tasas de interés que van del 5,50% al 16% dependiendo del tipo de crédito, monto, garantías, plazo y sector.
Aseveraron que ellos definen las tasas de interés en función al costo financiero que le generan los depósitos de sus ahorristas y los gastos operativos en los que se incurre. Se envió la solicitud a los siete bancos, Asofin y a la ASFI, pero hasta el cierre de edición no hubo respuesta.
Al primer semestre de 2014, el sistema de intermediación financiero registró utilidades por $us 127,2 millones; sin embargo, la rentabilidad de 2007 a 2014 ha venido cayendo, según Asoban.
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