La amplia experiencia que ganó Miguel Ángel Badani Aguirre como funcionario del Servicio de Impuestos Internos en la regional Cochabamba y Quillacollo, fue utilizada en la defraudación de millones de bolivianos al Estado, según la investigación de la Fiscalía y la Policía de esa localidad.
La banda vendía facturas reales de negocios falsos a empresas constructoras, comerciales e incluso la Alcaldía y en los últimos dos meses desfalcó al menos Bs 20 millones al fisco. El monto total de la estafa podría elevarse muchísimo más, si se toma en cuenta que el grupo se dedicó a la venta de facturas por cuatro años consecutivos.
DETENIDOS Según la investigación de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen de Quillacollo, la banda de estafadores estaba conformada por el cabecilla Miguel Ángel Badani Aguirre (autor intelectual de los delitos); Gunner Siñani de la Quintana, encargado de tramitar el NIT y las facturas junto a las personas que utilizaban como supuestas propietarias de negocios inexistentes, y Verónica Julieta Araoz Acuña, que era la que reclutaba a las mujeres. Los tres fueron aprehendidos.
A LA CÁRCEL El fiscal Antonio Ovando imputó por los delitos de “defraudación tributaria, daño económico al Estado, falsedad ideológica y material, además de uso de instrumento falsificado”.
El supuesto cabecilla y autor intelectual de los delitos, Badani Aguirre, fue enviado con detención preventiva a la cárcel de San Sebastián. Gunnar Siñani de la Quintana se habría encargado de tramitar el NIT y las facturas junto a las personas que utilizaban como supuestas propietarias de negocios inexistentes, y Verónica Julieta Araoz Acuña, que era la que reclutaba a las mujeres se encuentran con medidas sustitutivas a la detención.
La banda fue descubierta el 22 de septiembre, cuando una mujer tramitaba un NIT en Impuestos y la funcionaria que la atendió reconoció la dirección del preaviso de luz y estaba segura que era imposible que allí se abriera un negocio y que facture tanto, pues la mujer pidió 20 talonarios. Le dieron uno solo.
Una integrante de la banda esperaba a la mujer afuera y funcionarios las oyeron hablar en forma sospechosa; dieron parte a la Policía que inició la investigación.
Con lavanderas y albañiles
La investigación reveló que Verónica Julieta Araoz solía ir a la esquina de la calle 25 de Mayo y Jordán, donde existe oferta de trabajo para lavado y planchado de ropa, y convencía a las mujeres de prestar su nombre para tramitar un NIT en Impuestos Nacionales a cambio del pago de Bs 100 por talonario emitido. La banda hurtaba los preavisos de pago de luz de las viviendas cuyos medidores están hacia las calles y los usaban para señalar esos lugares como las direcciones de los negocios “fantasmas”, que serían 30 en dos meses. Según conoció la gerente distrital del SIN, Virginia Vidal, también se contrata- ban albañiles y otras personas de escasos recursos para cometer este delito.
Datos.
200
mil bolivianos sería el monto de cada una de las facturas que se emitían de forma irregular. La Policía constató que el grupo se reunía en una oficina cercana a la Alcaldía de Quillacollo donde secuestró 60 talonarios y 50 formularios para 30 certificados de inscripción de empresas “fantasmas”.
También se encontró el NIT que corresponde a otros departamentos por lo que se cree que la banda operaba en todo el país.
Verificación física
Como Impuestos Nacionales no verifica físicamente la apertura de estos negocios, aprobaba las solicitudes de la banda y emitía la orden de emisión de talonarios de facturas que la banda vendía a empresas constructoras que facturan montos de hasta
Bs 200.000.
El acusado
Miguel Ángel Badani Aguirre fue retirado en 1998, informó la gerente Distrital de la Oficina de Cochabamba, Virginia Vidal.
Badani ingresó a trabajar el 30 de julio de 1991 en el sector Fiscalización Regional en Cochabamba. Fue retirado y luego reincorporado en 1993 como Técnico III, en Fiscalización de Regional Cochabamba. En 1993 fue reasignado como Profesional III en el Sector Asuntos Técnicos y Jurídicos Regional Cochabamba. Por reestructuración se prescindió de él en octubre de 1993. Volvió en 1997 como Subadministrador I Regional Quillacollo (hoy Agencia Tributaria). Por reestructuración se prescindió de sus servicios en 1998.
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