El sector empresarial demandó un 15% más de créditos para mantener sus operaciones en los últimos dos años y medio, en lugar de destinarlos a las inversiones, cuyo porcentaje subió en tan sólo 3%. Al contrario, las pequeñas y medianas empresas (pymes) son las que más dinero se prestaron para la inversión.
A diciembre de 2011, las empresas solicitaron financiamiento productivo por Bs 4.627 millones para capital de operaciones. Esta cifra aumentó a 4.827 millones en 2012 y en el primer semestre de este año subió a Bs 5.338 millones, según datos de la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (ASFI), hasta junio.
Sin embargo, el crédito de inversión al que acceden las empresas tuvo un crecimiento moderado. En 2011 llegaba a Bs 2.899 millones, en 2012 a 2.823 millones y hasta junio de este año a 3.009 millones de bolivianos, que significa un aumento del 3%. “En los tres tipos de crédito (empresarial, microcréditos y pymes) desde el año 2011, siempre hay un crecimiento del crédito que se destina a la inversión. Ello significa que las entidades están dando más dinero para incentivar nuevos emprendimientos en comparación con el capital de operaciones que tampoco está mal. Por ejemplo, a nivel empresarial predomina el capital de operaciones porque es el que se destina para comprar materia prima”, explicó la directora de ASFI, Lenny Valdivia.
El microcrédito dirigido al capital de operaciones creció en 26%, pero el que se destina a la inversión se expandió en 66% en el periodo de análisis al pasar de Bs 3.292 millones a 5.488 millones.
El financiamiento concedido para capital de operaciones en las pymes creció en 32% y el que se canaliza a inversión se elevó en 42%. En 2011, estos recursos llegaban a Bs 3.313 millones de bolivianos y ahora a 4.482 millones. Los microcréditos, sin embargo, tienen tasas de interés superiores a las empresariales.
“El sector empresarial es formal y maneja grandes operaciones y está en mejores condiciones de acceder al crédito. En cambio, el microcrédito es destinado para aquel artesano que vive en El Alto y se le ocurre poner un negocio”, detalló Valdivia.
El artesano necesita de oficiales de crédito que vayan a su puesto de trabajo, hagan un relevamiento de sus ingresos, evalúen el costo de su materia prima, del producto terminado y en cuánto lo podrá vender. “Es un sector donde la formalidad esta menos instituida”, recalcó.
El informe de la ASFI con datos al primer semestre revela que la cartera de préstamos en general se incrementó de Bs 70.193 millones a 76.839 millones de bolivianos entre diciembre de 2012 y junio de este año. Los depósitos del público a su vez se expandieron de 87.488 a Bs 90.221 millones.
La mora, es decir los recursos que los clientes no pudieron pagar, representa sólo el 1,6% de la cartera total y en el caso de las entidades de microfinanzas es de apenas el 0,9%, de acuerdo con el informe de la ASFI.
En 2012, la cartera de los bancos para el sector productivo fue de 48.282 millones de bolivianos y al consumo destinó Bs 21.911 millones, según Valdivia.
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