La Ley de Servicios Financieros oficialista pretende el control de precios en el mercado financiero nacional por medio de decretos supremos (control de tasas de interés) y obligar a la banca privada a prestar los recursos a sectores que el Gobierno vea conveniente (control de cartera), según un análisis económico efectuado por la Fundación Milenio.
“El Gobierno se convierte en la autoridad de la actividad financiera (no solo el regulador por medio de ASFI) pero los responsables son los administradores de bancos que se convierten en simples operadores. De intermediadores financieros pasaran a ser operativos del Gobierno", señala el último Informe Nacional de Coyuntura de la entidad especializada en análisis de temas económicos.
Advierte que una vez aprobada la norma, con seguridad la calificación que se haga sobre Bolivia en materia de libertad económica caerá en el rubro de libertad financiera y, por tanto, en la calificación global. Hasta ahora en este rubro tiene una calificación mayor con relación a otros indicadores que se considera para evaluar el grado de libertad económica en un país.
“The Heritage Foundation, que anualmente califica a los países según el grado de libertad económica, ha ido reduciendo la calificación para Bolivia. Hoy tiene una calificación menor que China. Entre 185 países Bolivia ocupa el lugar 148 cuando el país que ocupa el primer lugar es Hong Kong”, señala Milenio.
RETROCESO DE LA BANCA
No se reconoce que el rol fundamental de un sistema financiero es transferir, con conocimiento y pericia, el ahorro de las personas dominantemente hacia la inversión para la producción de bienes y servicios, lo que hace crecer la economía. Esto quiere decir que su especialidad, por un lado, es atraer el ahorro y, por el otro, ver donde está la demanda para satisfacerla, pero ante todo asegurando su recuperabilidad, porque el dinero que presta la entidad financiera no es de su propiedad, sino es propiedad de las personas.
“El proyecto de nueva Ley de Bancos no representa un avance para el desarrollo financiero y económico del país. Es un retroceso a lo que en Bolivia se hacía hasta el año 1985. En esos tiempos lo rutinario era la fijación de las tasas de interés por el gobierno y los bancos estaban obligados a mantener una determinada composición del crédito bajo el denominativo: "Política selectiva del crédito". Los resultados no fueron nada buenos, por decir o menos”, agrega el informe.
Milenio agrega que es difícil fijar tasas de interés en mercados crediticios muy variados y por esta razón el actual Gobierno quiere que se determine mediante decretos supremos y no por Ley. “El problema se presentará que cuando se fijen estas tasas de intereses, que nunca serán de equilibrio, no se podrán reajustar cuando se requiera y como lo hace el mercado, lo que puede generar en el futuro desequilibrios en el sector”.
DIRECCIONALIDAD DEL CRÉDITO
La estructura económica de Bolivia está conformada en un 48 por ciento por servicios ya que ésta es la magnitud de este sector en la conformación del PIB, a precios constantes en moneda nacional. CEPAL para la región en su conjunto calcula el PIB en términos de dólares constantes, donde servicios representaría más del 60 por ciento.
"En el mundo de hoy lo más importante es la producción de servicios y es el sector de mayor empleo. Sin embargo, la banca boliviana vista en su conjunto da más crédito para la producción de bienes que de servicios. Claro que no todos dan en la misma magnitud y hay bancos más especializados en financiar servicios. Esto quiere decir que cada entidad financiera busca su nicho de mercado como lo hace cualquier productor”, agrega la entidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario