Se considera que es posible tener una lectura de la economía de un país a través del comportamiento del Producto Interno Bruto (PIB) y el análisis de sus componentes. En ese sentido, un punto de vista interesante es el de los ciclos económicos, que es la sucesión de períodos de crecimiento, auge, crisis y depresión, por los que atraviesa el sistema económico.
Así, se observa que el ciclo de la economía boliviana (revisando tasas de crecimiento del PIB) desde 1970 marca un período que oscila entre ocho y 11 años (período juglar). En 1972, se tuvo un crecimiento de 8 por ciento (auge). Luego, decreció hasta llegar en 1980 a -1,40 por ciento (recesión), y en 1983 a -4,5 por ciento (depresión).
En 1991, la tasa de crecimiento fue de 5,27 por ciento (auge) y se dio inicio a una nueva recesión en 1992, con 1,65 por ciento. Se llegó a la depresión en 1999 cuando bajó a 0,99 por ciento. Para fines de 2006, la tasa subió a 4,5 por ciento, en 2007, llegó a 4,7 por ciento y en 2008, a 6,18 por ciento (recuperación plena), que se consolidó el 2013 con 6,5 por ciento (auge), si bien en los años intermedios se tuvieron tasas menores.
Si los ciclos de la economía boliviana se mantienen con esa tendencia y regularidad, significa que tendremos entre uno y tres años más de cierta bonanza económica para luego comenzar nuevamente un ciclo decreciente.
(En la tabla del gráfico de esta nota se observan las tasas de crecimiento de los PIB de los últimos ocho años).
Causas
La teoría económica de corriente keynesiana afirma que una de las principales causas que explican un ciclo económico es el comportamiento y dinámica de la demanda agregada. Ésta última está determinada por las exportaciones netas, los gastos totales en bienes y servicios del Gobierno en bienes y servicios de consumo y en inversión. Generalmente se la representa de la siguiente manera: PIB = DA = (X-M) + GG + GC + I.
La primera variable considerada en el análisis es el de las exportaciones netas (X-M) en la balanza de pagos (ver tabla 2).
Se pronostica para la gestión 2014 un comportamiento similar de las exportaciones netas similar al que hubo en 2013, pues se alcanzará un nivel igual o levemente inferior, aproximadamente un 1,5 por ciento.
Todo esto se debe a que las exportaciones hacia Argentina y Brasil se mantendrán en grandes flujos. Además, se tiene un saldo positivo histórico de la balanza comercial y las remesas familiares. Sin embargo, hay que tomar en cuenta la crisis económica extranjera, que afectará también a la economía boliviana.
Los gastos totales en bienes y servicios de gobierno (GG) son la segunda variable de la demanda agregada. Son los gastos totales en bienes y servicios del Gobierno.
Según el Banco Mundial (BM) y el Presupuesto General del Estado (PGE), para la gestión 2014 se tendrá una tasa de crecimiento del PIB de 5,7 por ciento, y, paralelamente, se proyecta una tasa de crecimiento de 18 por ciento para ingresos y gastos, con lo que nuevamente el gasto público contribuiría a mantener el ciclo económico positivo por la que atraviesa la economía boliviana (ver gráfico).
Los gastos totales en bienes y servicios de consumo (GC) son la tercera variable componente de la demanda agregada (ver tabla 3).
Para 2014, se espera que el consumo de las familias se mantenga, en gran medida por la vigencia de las nuevas leyes para los bancos con la reducción del interés, que fomentará el crédito y el consumo.
La cuarta variable contemplada por la demanda agregada es la inversión (I) (ver tabla 4).
Se observa que en nuestro país las inversiones extranjera, pública y privada (ver tablas 5 y 6) han tomado mayor importancia en los últimos tres años, si bien queda establecido que los montos continúan siendo insuficientes para encaminar grandes proyectos y expandir el mercado interno.
En ese sentido, se tiene la declaración del Gobierno, que proyecta para 2014 una inversión pública de unos 6.500 millones de dólares, mientras que en inversión privada se tiene la perspectiva de 1.600 millones de dólares.
A modo de conclusión, se prevé que las cuatro variables componentes de la demanda agregada tendrán este año una dinámica aceptable en nuestra economía.
Osvaldo Gutiérrez, Doctor en Ciencias Económicas y docente universitario
Rodrigo Almeida, Magíster en Gerencia Empresarial y docente universitario
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