10 septiembre 2012

PIB de Bolivia tiene un déficit de 9% sin ingresos por el gas

Claudio Salinas, coordinador de Apoyos Presupuestarios para América Latina de la Dirección de la Cooperación al Desarrollo de la Comisión Europea, y Francisco García, jefe de la sección de Cooperación de la Delegación de la Unión Europea en Bolivia, hablaron con Página Siete sobre las medidas macroeconómicas del Gobierno boliviano y el apoyo que se brinda al país, entre otros puntos.

Ambos darán hoy y mañana un taller sobre los apoyos presupuestarios de la Unión Europea en la región.

¿Cuál es el apoyo que brinda la cooperación europea a Bolivia?

Claudio Salinas (CS).- Tenemos alrededor de 925 millones de euros comprometidos en toda América Latina, que representan aproximadamente el 50% de toda nuestra cooperación con la región (de México para abajo). Bolivia tiene un portafolio de unos 200 millones de euros en apoyo presupuestario, que representan el 75% de todos los recursos de ayuda al desarrollo que recibe, que significa además un 25% de los apoyos presupuestarios a la región.

¿Por qué es importante darle este apoyo a Bolivia más que a otros países, por el nivel de necesidad o por la confianza en sus políticas macroeconómicas?

CS.- El apoyo se da porque se analizan en primer lugar las políticas públicas, que estén lo suficientemente maduras y se ha comprobado que en Bolivia todas las áreas donde trabajamos existen políticas sólidas con posibilidades de lograr una eventual reducción de la pobreza, que es el objetivo principal de la ayuda al desarrollo de la Unión Europea.

¿Cómo evalúan el manejo fiscal presupuestario en países como Bolivia, que dependen de sus materias primas como gas y minerales?

CS.- Cuando miramos los números de Bolivia para fin de 2012 vemos un superávit fiscal primario del 0,8% del Producto Interno Bruto (PIB), lo cual se puede ver de manera muy positiva. Pero en nuestro análisis interno desglosamos un balance fiscal sin los ingresos por hidrocarburos para tener una idea de la vulnerabilidad del país a golpes externos (como la caída de precios de materias primas o bienes primarios), y vemos que la situación es bastante compleja. Cuando miramos los números de Bolivia están en un déficit de casi el 9 % del PIB si no cuenta con esos ingresos que en cierta manera son coyunturales. Esperemos que en el largo y mediano plazo las políticas que se implementen creen un colchón para anticipar el desarrollo.

Como parte de esas medidas, ¿cómo evalúan el clima para las inversiones en el país?

Francisco García (FG).- Bolivia empezó desde posiciones muy extremas y dogmáticas sobre el rol del sector, creo que a lo largo de los años eso se fue relajando y el sector privado empieza a tener un espacio formal, ahora se le está consultando en temas de inversiones. Efectivamente, en lo que concierne a las empresas europeas hay cierta inseguridad jurídica, las nacionalizaciones y la falta de una ley de inversiones generan que las empresas europeas lo piensen dos veces antes de venir, porque si el país de al lado tiene una seguridad jurídica mayor van a invertir allí y no en Bolivia. Las inversiones son en sectores donde el beneficio es muy alto y uno puede afrontar el riesgo de una nacionalización.

¿Y en qué medida afectó la crisis europea al desarrollo económico de Bolivia?

FG.- Bolivia ha estado aislada de la crisis financiera europea porque los intercambios del país con Europa no son tan importantes con relación a sus intercambios en la región, puede que sí llegue a afectarla en la medida en que afecte a esos países.

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