El presidente de la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo), Demetrio Pérez, sostuvo que si bien hay una nueva norma (Ley de Servicios Financieros), el crédito rural sigue siendo inaccesible para el pequeño productor, debido a que no puede constituir garantías.
“El pequeño solar siendo patrimonio familiar, no se puede hipotecar. Lo propio sucede las 50 hectáreas que no son sujeto de garantía”, explicó Pérez durante un reciente foro realizado en la Sede de Gobierno sobre la temática alimentaria.
En una opinión coincidente, Javier Ayoroa, subdirector de Programas Productivos y Financiamiento de la Fundación Profin, los micro y pequeños productores de municipios de alta vulnerabilidad social y económica no tienen capacidad para constituir garantías reales. “Esperamos que con la nueva ley se resuelva este tema”, comentó Ayoroa.
Señaló que en los últimos años se observó un crecimiento demasiado fuerte en el sistema financiero, sin embargo dijo que hay sectores desatendidos.
Al momento, el Gobierno elabora el régimen sobre la fijación de tasas de interés para créditos en los sectores de la vivienda y la producción, luego de haberse promulgado la ley, el pasado 21 de agosto.
NUEVOS PRODUCTOS
Ayoroa advirtió que un crédito convencional no es el más adecuado para los productores agropecuarios, pero si otro tipo de mecanismos como el “capital semilla”, que sirve de arranque para el productor, lo que dinamizará este tipo de sectores productivos.
“Hemos trabajado en el desarrollo de garantías alternativas por mucho tiempo, se han estructurado nuevos mecanismos como el -micro warrant- que funcionó bien con el tema del arroz, asimismo los contratos a futuro, que tiene el productor y pueden servir de garantía y no solo un bien inmueble, ni la propiedad del solar campesino, que por lo demás no puede ser constituido como garantía”, indicó. Es también posible que los grandes transformadores (empresas industriales) puedan avalar los créditos en favor de los pequeños y medianos productores.
NORMATIVA
“Esto hemos trabajado hace mucho tiempo y existe normativa expedida por la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (ASFI) sobre este aspecto”, señaló el directivo.
Citó, asimismo, las garantías semovientes, forestales o plantaciones con las que un interesado pueda constituir la garantía. “Hay algunos problemas desde la parte informativa, pero considero que estas garantías alternativas serán finalmente tomadas por el sistema financiero en base a un proceso de adecuación y creo que entrarán todas la instituciones para dinamizar el crédito rural”, manifestó.
La fundación Profin nació en 1997 como un programa de la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (Cosude) y el 2007 se convierte en Fundación. Es una entidad sin fines de lucro, que desarrolla, promueve y facilita procesos de innovación financiera, buscando la articulación entre servicios financieros y no financieros, esto en cooperación con instituciones públicas y privadas.
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