En un contexto diverso de la región latinoamericana, Bolivia se encuentra, después de Argentina, Brasil y Uruguay, en cuarto lugar en presión tributaria (intensidad con la que un país grava a sus contribuyentes a través de tasas impositivas) con un 26% respecto al Producto Interno Bruto (PIB), según estadísticas tributarias en América Latina 1990-2012, informe 2014 de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Es que, según el economista Roberto Laserna, en los últimos casi diez años, el Gobierno ha promovido una intervención más activa del Estado, buscando aumentar la presión fiscal. "Aparentemente lo ha logrado. Sin embargo, es necesario destacar que la mayor parte del aumento en los ingresos fiscales no proviene de impuestos propiamente dichos, sino de rentas de los recursos naturales de nuestro país. Estas se captan formalmente con el nombre de impuestos, pero en rigor no lo son, rentas.", puntualizó.
En un contexto conceptual. Según los tratadistas cuando se habla de presión fiscal se mide según el pago efectivo de impuestos y no según el monto nominal que figura en las leyes, de tal modo que, a mayor evasión impositiva menor presión, aunque formalmente las tasas impositivas puedan ser altas. De hecho, en países con alta tasa de evasión, el Estado usualmente eleva la presión impositiva sobre los habitantes con menos posibilidades de evasión, en este caso los consumidores.
En ese contexto, según el rezagado informe de la OCDE, cuyo documento ya posee tres ediciones, y analiza la presión tributaria en 18 países de América Latina y el Caribe, la tasa promedio de impuestos como proporción del PIB se incrementó desde 18,9% en 2009 a 20,7% en 2012.
Además, esta tasa creció significativamente en la región en los últimos veinte años partiendo de los 13,9% que representaba en 1990. "La presión tributaria es muy diversa en toda la región. Los países con mayor nivel de impuestos son Argentina, con el equivalente al 37,3% del PIB, seguido de Brasil (36,3%), por encima del promedio", según un estudio de OCDE.
Después se sitúan Uruguay (26,3%) y Bolivia está en el cuarto lugar con 26%. Luego siguen países como Costa Rica (21,0%), Chile (20,8%), Ecuador (20,2%), Colombia (19,6%), México (19,6%), Nicaragua (19,5%), Panamá (18,5%), Perú (18,1%), Paraguay (17,6%), El Salvador (15,7%), Venezuela (13,7%), República Dominicana (13,4%) y Guatemala (12,3%).
En la perspectiva del análisis. Para Armando Méndez, economista y expresidente del Banco Central de Bolivia, la presión tributaria en estos años se ha incrementado incluso hasta un 28%, de los cuales un tercio son atribuidos a los impuestos sobre hidrocarburos. "Yo diría que Bolivia tiene una presión tributaria muy alta para el tamaño pequeño de su economía y dado su carácter de baja productividad. No es lo mismo 10% para un país no desarrollado que el mismo porcentaje para un país ya desarrollado. Para el primero puede ser mucho", destacó.
Además, el experto atribuye que el país atraviesa un buen momento en recaudaciones dado que el Servicio de Impuestos (SIN) ha mejorado su capacidad administrativa para el cobro de los impuestos. "Cada vez está incorporando a un mayor número de agentes económicos que antes no pagaban sus obligaciones impositivas", argumentó Méndez.
Por su parte, el economista Germán Molina, señaló que a partir de la reforma tributaria 843 de 1986 (Gobierno Víctor Paz Estenssoro) hasta el 2013 se ha registrado un crecimiento sostenido de las recaudaciones, lo que ha puesto entre los principales países de Latinoamérica en tener un mejor índice de presión tributaria. "Lo que se debe destacar es que Bolivia ya tiene todos los impuestos que poseen otros países no solo de la región, sino la Unión Europea y Estados Unidos, excepto lo que no está definida de manera explícita el “impuesto al ingreso”. Antes de la ley 843, había el impuesto al ingreso que se hacía vía descuento directo en planillas. Luego con la reforma desapareció", informó.
Otras visiones. Según el Proyecto de Presupuesto General del Estado, para el año 2015, presentado por el ministro de Economía y Hacienda (Presupuesto Consolidado) se tiene estimado recaudar 48,209 millones de bolivianos, lo que representa el 20 por ciento del PIB, cuando el presupuestado para el año 2014 fue de 42,979 millones de bolivianos, que también estaba en el orden del 20 por ciento del PIB, pero del año 2014.
"Los ingresos tributarios alcanzarán al 22% del PGE 2015; es decir, 6.984 millones de dólares, que representan 13% más que en 2014. Tanto las empresas y trabajadores que aportan al erario público deberán esperar mayor presión fiscal", argumenta el economista, Hugo Siles Espada, en su análisis la pasada semana al PGE del próximo año.
Según Molina, el país debe tener pocos impuestos, ser transparentes y fáciles de administrar, cuya situación aún no se ha llegado a establecer. Además, señaló que si bien la presión tributaria muestra señales óptimas, sigue pendiente la brecha entre los gastos del sector público y los ingresos de los impuestos, dado que está cercano al 50%. "Los ingresos genuinos de los impuestos apenas cubren en el promedio cercano al 50% con respecto a los gastos del sector público, lo que implica que nuestro país no logra cubrir los gastos con impuestos", explicó.
Por su parte, Laserna ve como preocupante el aumento de la presión tributaria para una parte reducida de la economía, la del sector formal, empresarial y profesional. "Esto crea graves desigualdades, porque al mismo tiempo hay amplios sectores que están libres de tributos, a pesar de que su población también accede a los servicios públicos", señaló.
El experto añade que desde el Estado y el Gobierno actual se ha hecho muy poco por ampliar la base tributaria, es decir, por incorporar como contribuyentes a sectores amplios de la población, como transportistas, comerciantes, cocaleros, campesinos, cooperativistas mineros, entre otros. "Tenemos que tener claro que los impuestos deben financiar servicios públicos necesarios y de forma eficiente", finalizó Laserna.
"Aunque los ingresos fiscales caigan durante el año 2015, en relación al 2014, no deberían haber problemas de financiamiento del gasto público, dado que estos años el sector público muestra un superávit fiscal.
Armando Méndez
Economista y Expresidente del Banco Central
Recaudaciones
Realidad y desafío del sistema de impuestos nacionales al 2015
Antecedentes. El crecimiento de la presión tributaria de nuestro país, de acuerdo a las cifras y datos oficiales del Gobierno, se debe al sistema de recaudaciones tributarias que dependen de la industria extractiva de Bolivia.
Razones. Según el Gobierno la fortaleza del sistema tributario nacional está respaldada en la Constitución Política del Estado y Nuevo Modelo Económico “Productivo, Social y Comunitario”, asentadas básicamente en Impuesto sobre las Utilidades de las Empresas (IUE) y el Impuesto Directo a los
Hidrocarburos (IDH).
Otro. También se destaca el Impuesto Especial a los Hidrocarburos y sus Derivados por la comercialización en el mercado interno de hidrocarburos o sus derivados, producidos internamente o importados.
Momento
Los países de la región muestran otro panorama
Informe. Cita el informe de la OCDE, que en promedio los países desarrollados han mantenido una estructura impositiva estable, mientras que los países de América Latina han pasado de una concentración en impuestos sobre bienes y servicios, a impuesto sobre los ingresos de sus recursos naturales.
Patrón. Las estructuras impositivas están centralizadas, cita la OCDE. La mayoría de los países de América Latina y el Caribe dependen de impuestos pagados directamente al Gobierno central. En esa línea los impuestos sobre la renta y las utilidades representaron en 2011, en promedio, 25,4% de la recaudación, mientras que las contribuciones a la seguridad social supusieron 16,9% (en la OCDE, dichos porcentajes son de 33,5% y 26,2%, respectivamente).
Recaudaciones. El 2012, los mayores incrementos de las tasas de recaudación tributaria sobre el PIB correspondieron a Argentina (2,6 puntos porcentuales), Ecuador (2,3 puntos porcentuales) y Bolivia (1,8).
Las mayores caídas se produjeron en Uruguay (1,0 puntos porcentual) y Chile (0,4 puntos porcentuales)..
Comodities. Según la OCDE, en varios países de América Latina los ingresos fiscales procedentes de recursos naturales no renovables siguen siendo muy importantes que representan más de 30% del total en Bolivia, Ecuador, México y Venezuela. Esto implica la obtención de mayores beneficios a partir de los ingresos que generan, así como un nivel de riesgo más alto debido a la dinámica del mercado global.
Punto de vista
Juan Carlos Rau
Analista Económico
"El desafío es cómo disminuir la informalidad'
“El Instituto Peruano de Economía define a la presión tributaria o fiscal, como “un indicador cuantitativo que relaciona los ingresos tributarios de una economía y el Producto Interno Bruto (PIB). Permite medir la intensidad con la que un país grava a sus contribuyentes a través de tasas impositivas”. Por lo tanto es un término económico para medir la proporción de aportes al Estado por parte de los agentes económicos.
Por ejemplo, en las economías de países más desarrollados, la presión tributaria total se ubica entre el 30 y el 50% del PIB. En América Latina se encuentra entre el 20 y 40%.
Una mirada a las cifras nacionales nos permite afirmar que Bolivia ha tenido una evolución ascendente en las recaudaciones tributarias, lo cual ha permitido al Estado contar con mayores recursos para atender las necesidades de gasto e inversión pública.
El avance que se ha tenido se debe a políticas y medidas orientadas a un mayor cumplimiento de las normas tributarias, una mayor coerción técnica y operativa y también programas de educación y concienciación sobre la importancia de cumplir con los pagos de impuestos.
El gran desafío que tenemos como país es disminuir el alto porcentaje de informalidad que existe y que genera, una competencia desleal para los agentes económicos formales y una fuerte carga de ineficiencia económica, limitando la capacidad de acción y gestión en todos los niveles del Estado.
La presión tributaria en Bolivia debería incrementarse vía el aumento del universo de contribuyentes, estimulando a las empresas formales y dando incentivos a empresas que se formalicen de acuerdo a plazos fijados para este fin”.
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