a banca prevé que el crecimiento del sector se mantenga pese “al de-safiante” marco regulatorio del país, que causaría en 2015 márgenes financieros más estrechos, así como una menor reinversión de utilidades con posibles efectos en la cartera.
Según datos de la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (Asfi) al 14 de noviembre, los depósitos en este sistema —que este año incluye a Prodem, Fassil, Fondo de la Comunidad, Ecofuturo y Los Andes Pro Credit— llegaron a $us 15.572 millones, la cartera a 12.799 millones, la mora al 1,6% y las utilidades a 229,5 millones.
“El banco se proyecta hacia el progreso y planifica su actividad con miras a crecer en sus principales líneas de negocio, proponiéndose metas de crecimiento acordes con la realidad y con el contexto en el cual se desenvuelve”, dijo Pablo Bedoya, vicepresidente ejecutivo del Banco Nacional de Bolivia (BNB), cuya cartera creció en 14% y sus depósitos en 15% hasta la primera semana de este mes.
“Fassil mantendrá su ritmo de crecimiento en todas sus líneas de negocio”, sostuvo por su parte Ricardo Mertens, presidente del directorio de la institución financiera, que prevé que el ahorro y préstamos que administra se incrementen en 40%.
"Los resultados de la gestión han sido positivos y las perspectivas hacia delante son también muy alentadoras”, expresó a su vez el gerente de Gestión del Desarrollo Humano y Marketing del BCP, Miguel Solis.
“Confiamos en que las condiciones macroeconómicas continúen siendo positivas para el país (...) y que el crecimiento económico se haga sostenible y derive en beneficio de la población, lo que constituye uno de los factores para que el sistema financiero continúe creciendo”, afirmó también el secretario ejecutivo de la Asociación de Bancos Privados de Bolivia (Asoban), Nelson Villalobos.
Sin embargo, Asoban prevé que los márgenes financieros sean “mucho más estrechos” y que la rentabilidad y capacidad de generación de utilidades se reduzca, afectando por consiguiente la reinversión de recursos, lo que tendrá “probables efectos negativos en la expansión del crédito total”.
Esta previsión va en línea con la perspectiva “negativa” que le da Moody’s al sistema bancario del país, cuya nota promedio subió de B2 en 2011 a B1 a julio de este año.
“El desafiante marco de política continuará afectando el desempeño bancario en Bolivia”, sostiene la calificadora, que ve que el entorno operativo, la rentabilidad y eficiencia, y el apoyo sistémico para los bancos se van deteriorando en el país.
En 2015, los bancos deben seguir adecuando sus planes de negocios a la Ley de Servicios Financieros y a los reglamentos emitidos por la Asfi, que fijaron tasas máximas para préstamos productivos y para vivienda social; así como límites mínimos para las tasas de interés de los depósitos, y direccionando la colocación de créditos hacia la vivienda y la producción, “debiendo esta cartera con precios regulados constituir, como mínimo, el 60% del total de la cartera para los múltiples y el 50% del total de la cartera en créditos productivos para los pyme”.
“Estas metas constituirán un enorme desafío” para el sector, explicó Villalobos, quien hizo notar que en la presente gestión “aún no se vieron los efectos de la fijación de tasas de interés en los márgenes financieros”.
Este reto es “ciertamente gigantesco”, consideró a su vez Bedoya.
“Vemos con optimismo estos nuevos escenarios, que nos permiten ser más competitivos y más creativos e innovadores, ofreciendo mayor calidad en nuestros productos, servicios y canales”, informó Fie, que prevé este año un crecimiento del 10%, tanto en cartera como en depósitos.
COSTOS. Fassil, por su parte, prevé que el próximo año la mayor regulación del sistema causará “efectos mínimos” en sus operaciones, mientras el BNB vislumbra “implicaciones sobre los resultados de la gestión y sobre una eventual capitalización”.
Villalobos advirtió también que la fijación de tasas para la microempresa podría desincentivar la colocación de créditos en este segmento, debido a que requiere de la aplicación de tecnología crediticia especializada y con altos costos para su adecuada evaluación y seguimiento “en aras de precautelar la recuperación y asegurar los depósitos del público que, en última instancia, son los recursos prestados para el desarrollo de estas actividades productivas”.
Esto al margen de que, para lograr los niveles de cartera exigidos por la regulación, los bancos se podrían ver inducidos a elevar el crédito promedio otorgado en microcrédito.
Existe, asimismo, gran expectativa respecto a la reacción del mercado frente a la oferta de productos crediticios y que exista o se cree la demanda suficiente por parte de las empresas productivas, que permita la expansión del crédito a este segmento en condiciones de riesgo aceptables. Esto significa que estas empresas deben ser formales, tener ciertos años de experiencia en las actividades que realizan y demostrar capacidad de pago para hacer frente a sus obligaciones financieras, agregó Villalobos.
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