En Bolivia solamente un 34% de las personas mayores de 65 años recibe los beneficios de la jubilación o una pensión para sobrevivir en el país, sostiene el periódico digital del Programa de Investigación Estratégica en Bolivia (PIEB).
Señala que este porcentaje apenas se ha incrementado un punto en cerca de diez años (2000-2009), según la Cepal, una cifra que contrasta con países desarrollados que tienen a un 75% de sus habitantes en esa edad recibiendo alguna pensión, precisa el PIEB.
Los cálculos muestran que el grupo de los 60 años y más en Bolivia pasó de ser el 6% del total de la población en los años 50 a un 10% en 2010. Para 2040 se prevé que alcance el 21% y para el 2100 estará por debajo del 36%.
El promedio de América Latina tampoco está tan lejos de Bolivia: los datos en términos generales muestran que 4 de cada 10 latinoamericanos reciben jubilación. Pero las diferencias entre países son considerables, como en el caso de Argentina que tiene un 89% de su población cubierta o Costa Rica que se ubica en el 65%, según el documento "Envejecimiento, solidaridad y protección social en América Latina y el Caribe. La hora de avanzar hacia la Igualdad", de autoría de Sandra Huenchuan.
El texto pretende ser una "referencia obligada" para la investigación, el análisis y el diseño de propuestas para las personas mayores en el área de la protección social, pues toma en cuenta la agenda de la igualdad para los adultos mayores, el cambio demográfico en la región, la seguridad social, la salud, los cuidados y la protección social, la institucionalidad pública frente al envejecimiento y otros aspectos similares.
A la larga se dará un cambio de época de la prevalencia de una población joven en 1950 a otra que actualmente está en acelerado proceso de envejecimiento. Eso plantea un cambio. Para 2010 se contaban 6 trabajadores potenciales por cada persona de 60 años y más; para 2040 se prevé que esto se reduzca a tres trabajadores potenciales por cada persona de edad avanzada; y para 2100 que esto se reduzca a 1,5 por cada anciano, estima la publicación.
"Es claro entonces que, si no se interviene a tiempo, el incremento de las personas de edad que no lograron ahorrar para obtener una jubilación, junto con la creciente relación de apoyo potencial, supondrá una carga cada vez mayor para toda la sociedad, con consecuencias para todas las generaciones", dice el informe.
En este aspecto también existe un trato desigual a hombres y mujeres, entre otras razones porque ellas se convirtieron en participantes regulares del mercado de trabajo en un período en que las condiciones laborales se fueron restringiendo (mayor precarización e informalidad) y los sistemas de seguridad estaban en proceso de reformas. La cobertura de la seguridad social está caracterizada por la desprotección, expresada en que las personas de 60 años y más no reciben ingresos propios (11% de hombres y 25% de mujeres) precisa.
El documento plantea que cualquier sistema de jubilaciones y pensiones debe ofrecer un nivel básico de ingresos a todas las personas de edad avanzada, en forma de una prestación mínima como lo plantea Naciones Unidas.
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