En lo que va del año, el Banco Central de Bolivia (BCB) informó que redujo la emisión monetaria en 332 millones de bolivianos, como una medida para frenar las presiones inflacionarias que se acentuaron durante los recientes dos meses.
Hasta septiembre, la inflación acumulada llegó a 5,65%, lo que superó la meta de 4,8% prevista para la presente gestión.
Sin embargo, el BCB aclara que el incremento de precios no es de carácter persistente y las políticas impulsadas por el Órgano Ejecutivo y la entidad monetaria corregirán la situación en el corto plazo.
Para el Instituto Emisor, cerca de la mitad de la inflación acumulada hasta septiembre se generó en los dos recientes meses (2,79% de 5,65%).
Además, el 76% del Índice de Precios al Consumidor (IPC) de agosto y el 80% de septiembre fueron causados por la papa, el tomate y la carne de pollo.
Subraya también que el incremento de precios tiene su origen en fenómenos climatológicos adversos y no así en desequilibrios en el mercado monetario.
Para que los precios retornen a la estabilidad, el BCB explica que incrementó la oferta de títulos desde el cuarto trimestre de 2012 y realizó alzas graduales en las tasas de interés de regulación monetaria.
Esta orientación se acentuó en los meses de junio y de agosto con la introducción de dos nuevos instrumentos: i) la colocación de Certificados de Depósito (CD) a las Gestoras que Administran los Fondos del Sistema Integral de Pensiones y ii) las Reservas Complementarias requeridas a las entidades de intermediación financiera (EIF), los que reforzaron los instrumentos existentes, entre los que se destacan las Operaciones de Mercado Abierto (OMA) y el incremento de encaje legal en dólares.
El Órgano Ejecutivo liberó la importación de tomate e impuso mayores controles y sanciones a los comerciantes que especulan con los precios de los alimentos, como en el caso de la carne de pollo.
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