El coordinador de fiscales de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen, Carlos Gutiérrez, dejó entrever que el robo de cuentas se produjo más en negocios que en cajeros en un claro ataque a los POS (aparatos por donde se hace pasar las tarjetas bancarias para debitar compras y consumo) de clientes, coincidiendo con declaraciones de personeros de Asoban. El representante fiscal informó que en poder de la supuesta red internacional de clonadores de tarjetas supuestamente lideradas por Vladimir Azurduy Chávez se incautaron 518 tarjetas en blanco listas para ser clonadas de distintas cuentas bancarias. Daño económico. A la audiencia cautelar asistieron ayer representantes jurídicos del banco Unión, Bisa y Mercantil Santa Cruz. Uno de ellos develó que en menos de un mes se produjo un daño económico de 23 mil dólares y 109 mil bolivianos que fueron robados de distintas cuentas. Incluso reconoció ante la juez que él fue víctima del robo de su cuenta personal de más de 8 mil dólares. Gutiérrez reconoció que el daño de las más de 300 denuncias recabadas en la Policía asciende al millón de bolivianos desde el 26 de abril hasta la fecha. Trámite de devolución. El gerente general de Asoban filial Santa Cruz, Agustín Saavedra, en días pasados señaló que el 90 por ciento de las tarjetas de débito que hay en Santa Cruz están aseguradas y aquellos clientes que cuenten con este seguro se les devolverá su dinero robado mientras los que no lo tengan sufrirán la pérdida de su dinero. Hay dos empresas autorizadas En Bolivia, las firmas extranjeras Linser y ATC administran el servicio de POS, y consolidan los registros entre el cliente y la banca en función a los requerimientos con las entidades. 31 Quejas recepcionó la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen en un solo ∂día. SKIMMER 'Es un aparato para hurtar datos' Los delincuentes tienen una nueva forma de sustraer la información de las tarjetas de crédito y débito para vaciar las cuentas de los clientes de entidades financieras. Son lectores de bandas magnéticas que caben dentro del puño. Los skimmers, lectores de bandas magnética y pueden ser adosados a cajeros y lectores POS o portados por una persona. El aparato usado en los cajeros automáticos ya es conocido. En este caso el delincuente coloca el artefacto menor a 10 centímetros de ancho, en la ranura del cajero. Además, para hacerse de la clave de seguridad o PIN utilizan cámaras o incluso vigilan de cerca a los clientes para obtener su número secreto. En el caso de los POS llevan consigo un lector de bandas magnéticas manual, que tiene menos de cinco centímetros de ancho. Según la red estadounidense ABC, tardan cuatro segundos en pasar la tarjeta por ese dispositivo, y aprovechan su función de cajeros para fijarse el momento que el cliente digita su PIN.
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