Dos son los principales instrumentos económicos que tiene la política económica en cualquier país del mundo y que son la política fiscal y la política monetaria. Son los instrumentos que tiene todo Gobierno para asegurar que la economía se mueva en una situación de equilibrio macroeconómico.
Esto quiere decir que la demanda agregada de bienes y servicios debe ser satisfecha por la oferta también agregada.
Ambas, por tanto, tienen como propósitos centrales que la economía se mueva en una situación de pleno empleo, dada su estructura económica, junto a una relativa estabilidad de precios, o lo que es lo mismo decir, una tasa de inflación baja y del orden del 2% anual.
También ambas políticas tienen por objeto, en el corto plazo, administrar el ciclo económico para que no se produzcan auges o recesiones económicas. A esto de denomina ‘administrar el ciclo económico’.
En el largo plazo, la política fiscal debería dirigirse a romper cuellos de botella que se estén presentando y que impiden que aumente la capacidad potencial productiva de un país. Es decir, que el gasto público debe estar dirigido a la construcción de infraestructura y hacer todo aquello que no es de interés del sector privado, pero que es fundamental para la eficiencia de una economía.
La política monetaria, en el largo plazo, debería impedir la presencia de la inflación de precios no solo de bienes y servicios, sino también asegurar la estabilidad del nivel de precios de los activos financieros.
Por lo general los Estados no han logrado administrar adecuadamente estas políticas.
En países desarrollados
En el caso de los países desarrollados se observa que se ha dado una expansión desmesurada en el gasto público, lo que ha llevado a crónicos déficits fiscales que han elevado la deuda pública a niveles insostenibles para la estabilidad de la economía mundial.
En América Latina también se dio esta situación en el pasado, con el agravante de que subordinó la política monetaria a la política fiscal. Los bancos centrales se convirtieron en financiadores del excesivo gasto público, lo que conduce a la crónica inflación.
Adicionalmente, se observa que la política monetaria, en cualquier país, no ha logrado alcanzar un verdadero control sobre la cantidad de dinero que su sistema financiero crea.
Esto genera la inflación tendencialmente permanente de los precios de los activos financieros en el mundo desarrollado y de los precios de los bienes y servicios en el resto de países. En los países desarrollados el dinero que se crea se mantiene en el mundo de los activos financieros y, en el resto, se queda en las transacciones de bienes y servicios en general.
Lo que sucede en el país
En Bolivia siempre la política monetaria es expansiva, esto quiere decir que el dinero continuamente se está expandiendo; sin embargo, la inflación es baja en comparación a la creación de dinero. ¿Por qué?
Hay dos explicaciones: la primera, es que en el país hay sectores rurales que en las dos últimas décadas han ingresado a la economía monetaria, lo que les lleva a mantener dinero que antes no lo hacían.
La segunda, es que hay un abundante ahorro financiero, que antes las familias mantenían en dólares y ahora lo han sustituido por moneda nacional. Este dinero la gente no lo gasta porque no ve oportunidades de inversión ni tampoco ve por conveniente aumentar su consumo, por lo que este dinero no presiona, en promedio, los precios de los bienes y servicios más allá de lo que señalan los indicadores del INE.
Sin embargo, el hecho de que la política monetaria sea siempre expansiva en Bolivia, mantiene latente que en algún momento se despierten expectativas de inflación por encima a la inflación efectiva. Y las expectativas que la gente se haga pueden tener tanto carácter “racional o irracional”. De suceder esto, de pronto los precios de todo empezarían a subir más rápido.
Esto obligaría al Banco Central de Bolivia (BCB) a contraer el dinero circulante mediante lo que se denomina operaciones de mercado abierto, es decir, la venta de bonos a la gente, lo que podría encarecer la tasa de interés en general y con ello frenar la expansión del crédito. También puede llevar al BCB a bajar el tipo de cambio para de esta manera incrementar las importaciones y así balancear la demanda creciente que se produce cuando la gente decide gastar su dinero guardado
PERFIL
Experto en Economía
Economista de profesión. Expresidente del Banco Central de Bolivia, miembro de la Academia Boliviana de Ciencias Económicas.
Ejerció la docencia en varias universidades del país. Entre sus pasiones está la lectura, la enseñanza y escribir. Su último libro publicado titula Economía monetaria, que ha merecido elogios del mundo académico y empresarial por su esencia crítica y reflexiva.
LAS FRASES
“En el caso de los países desarrollados se observa que se ha dado una expansión desmesurada en el gasto público”
“En el país siempre la política monetaria es expansiva, esto quiere decir que el dinero continuamente se está expandiendo; sin embargo, la inflación es baja en comparación a la creación de dinero”
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